La sarna no pica a la DGAIA pero se ensaña con los Mossos

El sindicato USPAC denuncia la precariedad de condiciones a algunas comisarías de los Mossos d'Escuadra, donde la sarna, las pulgas y los hongos circulan sin control
Dependencias de los Mossos d'Esquadra
Dependencias de los Mossos d'Esquadra

La sarna, las pulgas, las humedades que ennegrecen las paredes nos remiten a imágenes en blanco y negro y miseria, pero son más vigentes que nunca y no se limitan en las zonas más pobres de la ciudad, si no que aparecen por todas partes. Comisarías en Barcelona, Montcada y Reixac o Roses han tenido que cerrar dependencias por brotes de sarna.

Molestas picaduras que enrojecen la piel, aumento de los casos de asma y resfriados que no se curan nunca… y un diagnóstico bajo el brazo que hace saltar las alarmas. En las comisarías de los Mossos d'Esquadra hay brotes de sarna, pulgas y hongos provocados por humedades. Una mirada al twitter de los mossos revela graves carencias en los centros: techos que se caen como la comisaría del Eixample, goteras y plagas de pulgas, a las que acompaña alguna rata, en Roses, chinches en Tarragona y sarna. Brotes de sarna en Ciutat Vellai l’Eixample, en Barcelona, y Montcada y Reixac que obligaron a cerrar las dependencias policiales para desinfectarlas.

El cómo ha llegado un parásito como la sarna en Barcelona, que se pensaba, si no erradicado muy controlado, no tiene mucho misterio para los mossos. Los brotes de sarna provienen de los menores no acompañados, los mena, que la DGAIA tiene derivados a las comisarías mientras buscan un espacio donde poder acogerlos. Estos menores, que duermen a las dependencias policiales, no están atendidos como tendrían y tienen una evidente falta de higiene que ha hecho que reviva un parásito como la sarna, que se contagia con una gran facilidad, afectando tanto a los mismos menores cómo a los mossos. Un comunicado del USPAC, el sindicato independiente de los mossos d’esquadra, deja clara “la inactividad por parte de los mandos del Cuerpo de Mossos d’Esquadra, los cuales siguen encubriendo la grave incapacidad de la Dirección general de Atención a la Infancia y Adolescencia (DGAIA) para gestionar los MENA, nos ha traído a esta situación”. El cierre temporal de la comisaría de Montcada durante el mes de noviembre, hasta que se procedió a su desinfección, pone de manifiesto la precariedad con que trabajan los cuerpos policiales catalanes. El menor que se sospecha traía la sarna fue derivado al Hospital del Vall d’Hebrón, un menor, por cierto, que se había escapado de la misma comisaría de Montcada y que fue localizado por los mozos días más tarde. 

Lamentablemente para los agentes, los brotes de sarna, asociados a los menores no acompañados, ya no son noticía, después de que, desde finales de septiembre, se fueran cerrando, repetidamente dependencias de las comisarías de l’Eixample y de Ciutat Vella para desinfectarlas. Se ha convertido en un hecho habitual, como ver a estos menas durmiendo por pasillos y salas. 

Pero la sarna no es el único problema a que se enfrentan los mossos. Desde el USPAC se suceden las denuncias sobre el mal estado de las instalaciones, envejecidas y sin un mantenimiento adecuado: goteras constantes, inundaciones recurrentes cada vez que llueve y aires acondicionados que no funcionan y que obligan a trabajar los agentes en unas condiciones muy precarias. Como ejemplo, la comisaría de Ciutat Vella, que parece el epicentro de todas de los desgracias, se ha inundado en un par de ocasiones y la última vez se saturaron los colectores y devolvieron todas las aguas fecales y ha sido cerrada por sarna en dos momentos diferentes, que ha coincidido con un aumento de los menores no acompañados alojados a la comisaría. Los mossos están hartos de ser la pelota que se pasan unos y otros, tanto que en una carta emitida desde la USPAC el pasado octubre al consejero de interior Miquel Buch se pedía “dejen, de un vez por todas, de hacer política con los funcionarios del cuerpo de Mossos d'Esquadra” añadiendo, en un duro tono, “no se engañe y que nadie le engañe, señor Buch, tiene a todo el cuerpo hasta las narices de usted y de su gobierno” El escozor de la sarna parece que no pica ni a la DGAIA ni a los consejeros, que van posponiendo una solución a los menores no acompañados que deambulen de comisaría en comisaría. Mientras tanto a los agentes no se los queda más remedio que continuar rascandose.

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