En los documentos que los Mossos intentaron quemar en la incineradora del Besòs hay informes de la misma policía catalana en los cuales se explica que los entonces líderes de la ANC y Òmnium Cultural, Jordi Sànchez y Jordi Cuixart, comunicaron a los policías autonómicos que en ningún momento iban a pedir a la gente concentrada frente a la consejería de Economía «nada que significara facilitar el trabajo de la Guardia Civil».
Según avanza la Cadena SER, en estos mismos informes se explica como dirigentes de ERC, caso de Anna Simó, que estaban concentrados en ese mismo lugar indicaron a los Mossos que «estaba claro que la masa no iba a permitir que nadie saliera del edificio de la consejería de Economía».
En la documentación confiscada por la Policía Nacional justo antes de su destrucción hay decenas de oficios elaborados por los Mossos d’Esquadra que demostrarían que la policía catalana no cumplió las órdenes de la Fiscalía para impedir los preparativos del referéndum del 1-O.
Entre el material confiscado por la Policía Nacional hay documentos con instrucciones de cómo había que confeccionar las actas levantadas de las actuaciones de los Mossos en los colegios electorales durante la consulta independentista. Estas instrucciones decían que no se podía empezar una acta diciendo: «lo que no se puede es empezar diciendo que nos dirigimos al lugar para garantizar el normal desarrollo del acto, más que nada porque lo que la Fiscalía espera de nosotros es precisamente el contrario».
Pasividad de los Mossos el 1-O
Cuando todo apuntaba que los agentes de la Policía Nacional y la Guardia Civil estaban a punto de intervenir para evitar las votaciones del 1-O, los mandos de los Mossos d’Esquadra enviaron a los agentes desplegados por el territorio el siguiente mensaje: «a distancia, a distancia, quédense por aquí y a distancia. Si intervienen, nos apartamos todos y no se ven mossos por ningún lugar«.
Esta y otras consignas aparecen en el informe que ha hecho la Guardia Civil a partir de la investigación que ha llevado a cabo de la actuación de la policía catalana durante la convocatoria del 1-O y que se ha remitido a la Audiencia Nacional que investiga la supuesta pasividad de los Mossos durante la jornada de la consulta, un informe que ya ha sido remitido también al juez del Tribunal Supremo, Pablo Llarena, que instruye la causa por presunta rebelión contra el destituido gobierno catalán de Carles Puigdemont.
De los informes que se han hecho de las comunicaciones internas de los Mossos durante el 1-O, a los que ha tenido acceso El Periódico, se desprende que la dirección de la policía autonómica quería que se evidenciara que la policía catalana se quería quedar al margen de las cargas policiales de la Policía Nacional y la Guardia Civil.
De las comunicaciones de los Mossos durante el 1-O, y también durante el día anterior a la consulta independentista, se desprende que la policía catalana hizo seguimiento y control de los vehículos de la Policía Nacional y la Guardia Civil. Una comunicación entre agentes y sus mandos dice: «han identificado un vehículo, que es escudo (Policía Nacional), que le pase la matrícula por si lo ven por aquí». En otra comunicación una patrulla de los Mossos dice al centro de coordinación que acababa de llegar un vehículo camuflado de la Policía Nacional, cuando los agentes preguntan si se quiere que se acerquen al coche, la respuesta: «Hazle una foto«.
