Andorra llora la muerte de Rosa Ferrer

La ex-consejera general, ex-cónsul general de Andorra la Vella y ex-ministra de Asuntos Sociales tenía 57 años
rosa ferrer
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La muerte de la abogada y política de Rosa Ferrer ha consternado a la sociedad andorrana. Desde que se conoció su fallecimiento el pasado sábado, aunque era conocida su enfermedad terminal, han sido muchas las muestras de pésame hacia su figura, ya sea mediante las declaraciones políticas o por parte de personas anónimas a través de las redes sociales.

Incluso sus detractores han tenido unas palabras hacia la figura de Ferrer, a la que temían como rival debido a su fuerte carisma personal y político. A pesar de su retirada de la primera línea pública, después de su etapa como consejera general (parlamentaria), cónsul de Andorra la Vella (alcaldesa) y ministra de Salud, Bienestar y Empleo, y de ejercer como abogada privada, a nadie se le escapaba que todavía tenía mucho que decir en política. Son muchos en el Principado los que la situaban en un futuro como una de las mejores candidatas para llegar a ser la primera mujer presidenta del pequeño estado pirenaico.

Todas las personalidades que han visitado la sala de velatorios de la capital andorrana han coincidido en destacar una serie de virtudes que conformaban la personalidad de Rosa Ferrer. El jefe de Gobierno, Toni Martí y el Síndico General, Vicenç Mateu, han incidido en la pasión con la que defendía sus ideales, a los que siempre guardó fidelidad. Martí ha enfatizado sobre el papel de la ex-ministra como mujer política, y ha recordado que gracias a «su trabajo y el de tantas otras personas» se ha conseguido tener un Consejo General (Parlament) paritario.

En esta misma línea, el presidente de Socialdemocràcia y Progrés (SDP) y co-fundador en 2001 con Ferrer del Partido Socialdemócrata (PS), Jaume Bartumeu, ha puesto énfasis en las ideas de progreso que defendió la ex-ministra y ex-cónsul cuando ocupó cargos políticos, sobre todo durante la etapa parlamentaria. «Trabajó mucho por las políticas de igualdad y promovió iniciativas por los derechos cívicos», ha dicho.

Por su parte, el presidente actual del PS, Pere López, ha aplaudido su gran trabajo en cuanto a la creación del Partido Socialdemócrata y ha reconocido que era «una mujer que todavía tenía muchas cosas a decir y a hacer, por eso la pérdida todavía es más grande».

El actual cónsul de Andorra la Vella, Conxita Marsol, ha recordado las dificultades que tuvo que afrontar Ferrer en el ejercicio de la corporación debido a la crisis económica. Marsol ha destacado, de su etapa como alcaldesa, la adquisición del Hostal Calones para habilitar pisos sociales para la gente mayor y el comedor social, así como la puesta en funcionamiento del albergue de la Comella, los pisos para jóvenes de Jovial y la inauguración de las nuevas dependencias comunales en la plaza Lídia Armengol.

El hombre que la sucedió como cónsul mayor, Jordi Minguillon, ha resaltado, visiblemente emocionado, la valía personal de Ferrer por encima de aspectos políticos, puesto que «se ha marchado nuestra líder, era una gran persona, honesta, fiel y siempre estaba pensando en cómo podía ayudar a la ciudadanía y a los amigos, para ella el día tenía 26 horas».

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