El líder de Esquerra Republicana (ERC), Oriol Junqueras –actualmente encarcelado en Estremera-, tiene un gran paralelismo con la figura del ex-presidente de la Generalitat durante 23 años, Jordi Pujol. Los rasgos que identifican a ambos políticos son múltiples: desde su esencialismo patriótico hasta la pública profesión de fe católica, pasando por sus reiteradas apelaciones a la moral y una suave socialdemocracia. El monasterio de Montserrat y la comunidad benedictina que lo habita son también un referente para ambos.
Siguiendo la trayectoria política de Oriol Junqueras se puede comprobar cómo ha mimetizado el estilo de predicador y la retórica mesiánica de Jordi Pujol. Sin embargo, hay una gran diferencia: el presidente y candidato de ERC aprovecha, siempre que puede, para hacer una vehemente denuncia contra la corrupción y la defensa de la honestidad en la gestión pública, señalando, implícitamente, los múltiples casos judiciales que han carcomido al partido fundado por Jordi Pujol, Convergència Democràtica (CDC).
Pero esta reivindicación de las manos limpias tiene sus excepciones. El año 2009, meses después de que estallara el caso Palau de la Música de financiación ilegal de CDC, Oriol Junqueras –que entonces era eurodiputado por ERC- propuso que Jordi Pujol fuera designado, nada más y nada menos, para presidir el Consejo Europeo, el máximo cargo político de la Unión Europea, el equivalente al presidente de los Estados Unidos (!). En unas declaraciones públicas, Oriol Junqueras afirmó que Jordi Pujol tenía «el bagaje, la experiencia y el prestigio europeísta» para ocupar esta alta responsabilidad. La propuesta, obviamente, no prosperó y los miembros del Consejo Europeo escogieron al primer ministro belga, el flamenco Herman van Rompuy, como presidente.
Jordi Pujol, a pesar de que formalmente da apoyo a Carles Puigdemont, muestra una gran complicidad y respeto por Oriol Junqueras, que ahora también está encerrado en la cárcel por su compromiso político con las libertades de Cataluña, como fue su caso en 1960, cuando fue detenido, torturado, juzgado y condenado a cinco años de prisión por organizar una protesta contra el dictador Francisco Franco (los «fets del Palau»). Finalmente, Jordi Pujol estuvo encerrado 2,5 años en Zaragoza, pero la represión que sufrió catapultó su dimensión pública.
El pasado mes de febrero, en un encuentro con un grupo de jóvenes, Jordi Pujol dio por hecho que Oriol Junqueras sería el próximo presidente de la Generalitat: «Vamos a ver, si las cosas desmejoran un poco por parte del PDECat y todo esto, es fácil que el presidente de Cataluña sea Junqueras. Con una alianza no sé con quién. Él solo tampoco, supongo que una alianza con el PDECat supongo. ¡Si quieren, claro!».
