La CUP no está satisfecha con el trato que recibe del Gobierno catalán en cuanto a la organización del referéndum, cómo han puesto de manifiesto durante las últimas horas dos de sus diputados, Mireia Boya y BenetSalellas.
Este último, en una entrevista concedida l’Ara, ha dicho que «sabemos algunas cosas» sobre aquello que tiene previsto revelar el gobierno de la Generalitat el próximo 4 de julio, pero ha reprochado al ejecutivo de Carles Puigdemont que en los últimos meses «no hay la comunicación deseable con el gobierno«. «Uno tiene la sensación de que desde que aprobamos los presupuestos hemos dejado de ser útiles«, ha añadido.
Preguntado sobre si lo atribuye a la cautela gubernamental, Salellas ha dicho que en las reuniones de trabajo de ERC, el PDECat, Òmnium Cultural y la ANC, «los únicos que no están somos nosotros, pensar que seremos los que filtraremos las informaciones me parece que no se corresponde con la actitud que hemos tenido con las cuestiones importantes».
«Hay una voluntad de mantenernos al margen de algunas decisiones -denuncia-. Ahora bien, el Gobierno tiene que tener claro que con menos participación de la CUP, menos responsabilización tenemos en lo que pase», alerta.
Boya, por su parte, ha denunciado que la CUP ha sido «desterrada» por parte del gobierno de la toma de decisiones sobre la organización del referéndum. Además, ha expresado la «perplejidad absoluta» de la formación anticapitalista por el hecho de que se haya declarado desierto el procedimiento de homologación de la compra de urnas. Ha asegurado, de hecho, que no estaban al caso.
