Un traidor en la corte del rey Arturo

Hacía tiempo que La Vanguardia no publicaba una información de repercusiones políticas tan notables como la que trataba de la reunión del consejo ejecutivo de la Generalitat, el pasado martes 27 de octubre. Las deliberaciones del consejo son secretas pero alguien le contó a la periodista María Dolores García, directora adjunta del diario de Godó, los detalles del debate mantenido en torno a la propuesta de resolución pactada entre Junts pel Sí y la CUP y que quiere dar el pistoletazo de salida hacia la ‘desobediencia’ a las leyes y la justicia españolas.

Alguien traicionó el compromiso de confidencialidad y las tertulias y el debate político se centró en lo que se explicaba en el artículo, que llevaba el título de «Mas a sus consejeros: ¿Me estáis pidiendo elecciones?». El presidente en funciones -y que, por lo visto, no desiste de volver a serlo en firme- replicaba así a las discrepancias, dudas y matices que plantearon algunos de los miembros del ejecutivo catalán a la resolución de la cual les habían pasado copias.

El titular de Economía, Andreu Mas-Colell, fue el primero en abrir el fuego de las quejas. «¡Pero esto qué es!», exclamó. Mezclar la política económica neoliberal de Mas-Colell con el anticapitalismo de la CUP es, evidentemente, un cóctel demasiado explosivo. Otros consejeros también criticaron el texto. El de Territorio y Sostenibilidad, Santi Vila, incluso, lamentó la apelación a la ‘República catalana’ que hizo la nueva presidenta del Parlament, Carme Forcadell, en su intervención inaugural.

El artículo de La Vanguardia pone de manifiesto dos cosas. Una, que hay grietas en la cohesión que parecía monolítica en torno al liderazgo de Artur Mas y sus propuestas para continuar dirigiendo el proceso independentista. Otra, que en el consejo ejecutivo de la Generalitat, Artur Mas tiene, como mínimo, un traidor.

¿Quién?

¿Fue uno de los consejeros disconformes con la resolución pactada por el coordinador general de CDC, Josep Rull, con sus interlocutores de la CUP, con la pretensión de frenar su aprobación?

¿Fue uno de los consejeros que no abrió la boca en defensa de la resolución pero que quería señalar con el dedo a los que habían osado hacer frente al presidente indiscutible?

Hasta ahora, el proceso había provocado divisiones en el PSC, ICV e, incluso, había roto la coalición CiU.

¿Romperá también el gobierno en funciones?

En las próximas reuniones del Consejo Ejecutivo seguro que los consejeros y consejeras se mirarán de reojo pensando en lo que dijo César cuando lo mataban a cuchilladas: «¿Tú también, hijo/hija mío/mía?».

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