Ciudadanos será la segunda fuerza del Parlamento catalán y su cabeza de lista, Inés Arrimadas, se convertirá en la jefa de la oposición, si bien sin posibilidad de formar un gobierno alternativo tal como era su intención. Arrimadas no sólo lidera la primera fuerza de la oposición, sino también el unionismo, el españolismo en Catalunya y a los contrarios de la independencia.
El partido de Albert Rivera se ha comido el espacio de los populares, esta vez encabezados por Xavier García Albiol, que han quedado relegados a la quinta posición en el Parlamento, sólo por delante de la CUP. Los grandes derrotados son Unió, que se queda sin representación parlamentaria, y los populares, tanto los catalanes como los españoles porque, cuando faltan pocos meses para las generales, Mariano Rajoy pierde fuelle. El actual presidente del gobierno central ha sido incapaz de gestionar la cuestión catalana: ha conseguido apoyos internacionales, entre los cuales destaca el de Barack Obama, pero esto no le ha servido para nada y se debilita su imagen como estadista.
En Catalunya, los españolistas han situado el voto útil en Ciudadanos, una formación que se ha nutrido de anteriores electores populares y, en menor medida, también del PSC, que le ha servido para convertirse en la primera fuerza en algunos municipios del área metropolitana como L’Hospitalet y el Prat de Llobregat, hasta ahora feudos de la izquierda.
La decisión de Albert Rivera de reservarse para las generales se ha demostrado un acierto. Las elecciones catalanas disparan sus opciones en las próximas elecciones españolas y fortalecena Ciudadanos como partido bisagra en España.
