La cancillera alemana Angela Merkel ha obtenido una victoria holgada, al hilo de la mayoría absoluta, en las elecciones legislativas celebradas el domingo. Su partido, el CDU, ha obtenido un 41,5% de los votos, su mejor resultado desde el 1990, cuando culminó la reunificación del país iniciada un año antes con la caída del muro de Berlín. De la victoria de Merkel, según varios analistas, se puede esperar la continuidad de la política alemana al frente de la Unión Europea, especialmente en aquello que respecta a las políticas de austeridad que ahogan los países del sur de Europa.
El tercer mandato de Merkel, que ha obtenido 296 de los 598 escaños del Bundestag, augura pues pocos cambios en las recetas de Berlín contra la crisis durante los cuatro años próximos. «Solidaridad, sí, pero con condiciones», afirmó la cancillera en su último mitin de campaña, que subrayó la necesidad de los países de la zona euro de emprender las reformas que Alemania ya hizo la pasada década. Así, ciudadanos y gobiernos de España, Grecia, Portugal o Italia pueden esperar pocos cambios respecto a la posición alemana ante Bruselas.
Sólo se podría esperar algún cambio en caso de que Merkel, que busca ahora socios de gobierno, se decantara por una gran coalición con la socialdemócrata SPD, que ya ha rechazado un pacto tripartito con La Izquierda (Die Linke) y Los Verdes. Esta alianza, dicen algunos expertos, podría motivar que Alemania rebajara ligeramente su postura respecto a las políticas de austeridad y apostara para estimular el crecimiento con un impulso de la inversión, pero esto está todavía para ver.
