El mundo de las altas finanzas se ha visto sacudido por la decisión de Josef Ackermann de renunciar a la presidencia de Zurich Insurance Group. Ackermann, que había sido presidente del Deutsche Bank, es uno de los nombres más emblemáticos de la banca europea. La dimisión, cómo ha reconocido él mismo, ha sido provocada por el suicidio hace unos días de Pierre Wauthier, director financiero de Zurich. Miembros de la familia del difunto habían insinuado que Ackermann tenía una gran responsabilidad en la presión psicológica que sufría el ex responsable financiero de Zurich, lo que le habría abocado a quitarse la vida.
El hasta ahora presidente de la aseguradora helvética ha negado en un comunicado que haya tenido ninguna responsabilidad en el estado emocional de su subordinado, pero ha admitido que la opinión de la familia de Wauthier le hace imposible de continuar al frente de Zurich.
Ackermann arrastra una larga trayectoria como directivo financiero agresivo. Se da la circunstancia que el Deutsche Bank ha tenido que afrontar en los últimos años una serie de investigaciones judiciales sobre algunas de sus operaciones de riesgo. Amigo de la cancillera Angela Merkel, Ackermann generó una fuerte polémica cuando, hace unos años, hizo unas declaraciones quejándose que en Alemania sólo se investigaba a quienes obtenían éxito.
