Los de la CUP están desubicados. Hace meses que son los principales valedores de Carles Puigdemont como candidato a la investidura como presidente de la Generalitat. De hecho, incluso lo son a menudo más que JxCat. Defienden enconadamente la figura de Puigdemont y repiten, una y otra vez, que no votarán a favor de ninguno otro diputado en una posible investidura al Parlament. Es, tal como ellos mismos dicen, su candidato. Hacer de abanderado de Puigdemont de este modo, pero, topó hace unos días con la realidad política.
Y es que parecía que el procés y el debate independentista estaba haciendo olvidar a la CUP que ellos son anticapitalistas, de izquierda radical y antisistema, y que Carles Puigdemont es del PDECat. El partido de Puigdemont ha llevado al Congreso de los Diputados un proyecto de ley para acelerar los desalojos de pisos ocupados y hacerlo de manera exprés. La medida ha sido defendida por todos los dirigentes del PDECat, incluido el mismo Puigdemont.
Y a la CUP, la nueva ley le ha parecido un auténtico ataque a los colectivos que, como la PAH, ocupan viviendas vacías por reubicar familias desahuciadas por sus deudas con los bancos o porque no pueden pagar un alquiler a precio de mercado. El cortocircuito mental y político que sufrió la CUP fue tal que tuvo que salir en rueda de prensa a criticar la medida del PDECat, avisando que este no es el camino que querrían en la nueva República catalana. Al PDECat, todavía ríen de la reacción de la CUP y siguen defendiendo la nueva ley.
