La Asamblea Nacional Catalana (ANC) ha sido aliada y colaboradora de todos los gobiernos de la Generalitat desde que Artur Mas se añadió a la oleada soberanista con la consulta del 9-N y las elecciones plebiscitàries. Pero con Quim Torra ha habido un punto de inflexión, una rotura entre la entidad y el Palau de la Generalitat. Y es tan evidente que la ANC ha llegado a hacer un vídeo acusando el gobierno de Torra de autonomista y de no tener valor para implementar los resultados del 1-O.
Los dirigentes de la entidad independentista aseguran que la política del consejo ejecutivo presidido por Quim Torra les ha obligado a convertirse en una pesadilla, en la pesadilla del Muy Honorable. Pero además, admiten que, seguramente, con otro presidente no hubiera sido tan explícito. En este sentido, consideran que los planteamientos radicales y el pasado de activista de Torra ahora le juegan en contra. Cómo también lo hace el hecho que, a pesar de aceptar la situación autonómica, siga hablando de la "República proclamada" o afirmar que la independencia está al alcance de la mano. "Si realmente lo cree, que lo haga. Y si no lo tiene que hacer, que lo diga o que marche", dice un miembro del secretariado de la ANC en privado.
