El Mobile World Congress (MWC) ya está aquí. Es una de las ferias que más beneficios deja en Barcelona y en Cataluña. Pero también es el acontecimiento que más problemas colaterales arrastra. Cuando no es una huelga del metro, es una del bus; cuando no es una protesta de los taxistas, es una manifestación de los nacionalistas.
Pero uno de los conflictos que más cola trajo es el que el año pasado protagonizaron los independentistas, el gobierno y la alcaldesa, Ada Colau, por la presencia del rey de España. Este año, Felip VI quiere volver y el conflicto sigue abierto. Al MWC ya tiemblan pensando qué consecuencias puede tener la enemistad entre la Casa Real y las instituciones catalanas.
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