En medio de la negociación entre el gobierno español y el catalán para ver si era posible establecer la figura mediadora de un relator en la mesa de partidos que se está vertebrando, el listado de nombres propuestos centró gran parte de las especulaciones políticas y mediáticas. Y mientras los políticos y la prensa elucubraban con nombres, el conocido como Pequeño Nicolás sufrió un de aquellos momentos de iluminación psicodélica y pensó que él podía encajar con esta figura de relator. ¡Sí, él, que está encausado judicialmente por un montón de delitos! Y tanto es así que telefoneó a la sede del PDECat y a la del PSC para ofrecerse. Acto seguido, él mismo hacía pública sus gestiones para buscar eco mediático.
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