¿Vuelve ‘el peix al cove’?

Josep Borrell, el político catalán que el presidente Pedro Sánchez captó a las puertas de Cs como antídoto al independentismo, suele repetir que, "al final", "digan lo que digan", los independentistas -PDECat y Esquerra- acabarán votando los presupuestos del Estado, que ahora hacen el paripé para decantar el máximo de pájaro en mano y al mismo tiempo contentar a las respectivas parroquias, pero que cuando sean al altar, dirán: "Sí, quiero". Dudo si Borrell airea la profecía para lucir clarividencia política, o busca el efecto contrario, asustar con la idea de que los separatistas vuelvan a salvar el culo de Sánchez. Cuando éramos pequeños, retábamos a los compañeros de escuela a hacer las cosas que queríamos que hicieran con un: "a que no eres capaz de…". Sabedor Borrell que al independentismo le gusta llevar la contraria, la táctica sería insistir en una línea -el sí a los presupuestos-, para que hagan la contraria.

Lo decía hace poco el presidente del Parlamento, Roger Torrent: "Sánchez no quiere aprobar los presupuestos". De hecho, hace tiempo que, aquí y allá, se hace correr la voz de que a Sánchez le conviene más prorrogar los presupuestos de Mariano Rajoy que sacar adelante los propios, unas cuentas que Europa no aceptaría de ninguna manera porque desvían de forma "significativa" el ajuste exigido. Así, con la certeza de que no los aprobarán, los socialistas pueden hacer una amplísima carta a los reyes, que busca contentar a todos a coste cero. La idea sería: nosotros queríamos estos presupuestos, pero los independentistas no nos los han aprobado, y nos hemos visto obligados a prorrogar los de Rajoy. Virgencita, virgencita, que me quede como estoy… Siguiendo esta teoría, si los independentistas quieren poner Sánchez entre la espada y la pared, tal vez lo que deberían hacer es votar a favor de los presupuestos.

Aunque cuando siento el encendido discurso de Miriam Nogueras no me quedan dudas de que el PDECat no votará los presupuestos de ninguna de las maneras, no me pasa lo mismo cuando quien habla es Carles Campuzano o Ferran Bel, o cuando argumentan los de Esquerra, entonces sí que parece que las profecías de Borrell podrían cumplirse. Con matices, todos quieren un gesto de Sánchez que les facilite el camino. Sin entrar del todo en el detalle de este, el gesto debería contemplar los presos independentistas y/o el referéndum; Otra cosa es si el gesto será nunca suficiente.

La exconsellera Dolors Bassa afirmaba recientemente que el independentismo no puede "dejar caer Sánchez". Rápidamente, para limpiar conciencias, quienes no quieren votar los presupuestos, insistían hasta no poder más que aprobar las cuentas no significa, como insinúa Bassa, dejar caer Sánchez. Seguramente, per se, el argumento tiene razón, pero el riesgo de que Sánchez acabe despeñándose por el acantilado de la política es elevado. Entonces, si el presidente socialista convoca elecciones y se impone el tridente conservador (con Vox sujetando el mango de la sartén), el independentismo que defiende 'cuanto peor, mejor' habrá ganado. En cualquier caso, de la manera que Cataluña ha gestionado hasta ahora 'lo peor'… a saber qué significa 'mejor' … Yo a estos independentistas más encendidos les diría: o declaras la independencia o votas los presupuestos, pero muévete. No quisiera ver Vox 'resolviendo' el conflicto catalán.

Escuchaba el otro día en el bar de la esquina de la calle de casa: "Después de asegurarme de que el cesto está repleta de pescado, yo votaría los presupuestos". Rueda el mundo y vuelve al Born, o a Jordi Pujol.

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