Que nadie hable por vosotros

La escritora Nahat El Hachmi acaba de publicar el libro "Siempre han hablado por nosotras". Explica en cien páginas su frustración porque desde posiciones feministas o de izquierdas se justifican actitudes y comportamientos represivos contra las mujeres que ella creía exclusivos de los sectores conservadores y retrógrados del Islam. A El Hachmi le molesta especialmente que las mujeres que, como ella, han conseguido con grandes sacrificios personales liberarse del control machista que comporta el Islam se encuentren ahora con que se defienda esta represión desde planteamientos supuestamente feministas o progresistas. No quiere que hablen en nombre suyo ni los islamistas de toda la vida ni los recién llegados a la fe de un feminismo islámico que considera un invento contradictorio.

Su reflexión es útil y trasladable a otros debates. En todas las discusiones es bueno que tengamos ideas propias y no demos por buenas las que defiende la mayoría o nuestro grupo de confianza política o social. Hablemos del proceso independentista catalán, el Brexit británico, la legalización de la prostitución o la regulación de los vientres de alquiler. Es imprescindible que nadie hable por nosotros, como reclama Nahat al hablar de la mujer y el Islam. No tenemos que ser independentistas porque nuestro entorno lo sea. O no tenemos que ser partidarios del federalismo porque somos del PSC y esta es su opción para encajar Catalunya y España. Que la Gran Bretaña continúe dentro de la Unión Europea o se vaya tiene ventajas e inconvenientes que los afectados e interesados tienen que valorar de forma razonada y documentada. La defensa de la legalización de la prostitución o del recurso a vientres de alquiler para tener hijos se puede hacer con argumentos a tener en cuenta o con planteamientos absurdos. Corresponde a cada ciudadano y ciudadana reflexionar y adoptar una posición favorable o contraria en cada una de estas cuestiones.

Cómo que defiendo que nadie tiene que hablar por mí o por ninguno de nosotros, no puedo dar muchos consejos a la hora de decidir en qué sentido decantarse ante una sentencia del Tribunal Supremo o unas elecciones generales españolas el 10 de noviembre. Sí que me atrevo a decir, sin embargo, que discrepo de los que aseguran que 'el cliente o la mayoría tienen siempre la razón'. Y que adoptar la posición más cómoda para ahorrarse discusions en casa o en el trabajo puede ser práctico pero también un ejercicio de cobardía.

Un último comentario: para saber como trata el Islam a las mujeres leed a Nahat El Hachmi y también algún documento de las mujeres que defienden que un 'feminismo islámico' es posible. Y llegad a vuestras propias conclusiones. La mía la tengo clarísima.

Pero que nadie hable por vosotros.

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