¡Los payasos, al circo!

Desde hace unas semanas, la revista EL TRIANGLE publica un amplio extracto de las diligencias que constan en el sumario que ha instruido el Juzgado n. 13 de Barcelona sobre el proceso independentista y los preparativos del referéndum del 1-O. De la voluminosa documentación sumarial brillan con luz propia dos “joyas”: el documento EnfoCATs, la “Biblia” de la estrategia independentista; y la libreta Moleskine donde Josep Maria Jové, ex secretario general de Vicepresidencia y coordinador operativo del proyecto secesionista, anotó, en detalle, el día a día de la evolución del “proceso” y el papel de sus principales protagonistas.

No se trata de ningún montaje de las “cloacas del Estado” ni una versión doméstica de Los Protocolos de los sabios de Sión. El EnfoCATs y la Moleskine son dos documentos totalmente auténticos que reflejan la génesis y la preparación del proyecto secesionista, que culminó con la proclamación fake de la ilusoria República catalana, el 27 de octubre del 2017, ahora hace tres años. Por su interés antropológico e histórico creo que sería muy oportuna su edición y hacer una amplia difusión en la sociedad catalana.

La lectura de estos documentos -capitales para entender qué ha pasado en Cataluña en los últimos años- produce, a la vez, estupefacción, hilaridad e indignación. Estupefacción, por la indigencia política y estratégica de los “cerebros” del embate independentista, totalmente incapaces de contemplar y prever la respuesta del Estado español y de la Unión Europea a su proyecto de ruptura. Hilaridad, por la ingenuidad y precariedad de la arquitectura jurídica y de las estructuras de Estado que se habían preparado para construir la hipotética República. Indignación, por el inmenso trauma y dolor que esta abracadabrante aventura de unos zumbados –dopados por el poder institucional y por los recursos públicos- ha provocado en la sociedad catalana, empezando por los líderes independentistas que han acabado condenados y en la cárcel.

Estupefacción, hilaridad e indignación. Y, sobre todo, incredulidad ante la masiva adhesión de personas leídas y formadas a un proyecto político –la llamada “revolución de las sonrisas”- que, sólo con un poco de información geopolítica, ya se veía, de entrada, que no tenía ni pies ni cabeza y que acabaría mal.

A estas alturas, no ha sido identificado el autor ni nadie ha reivindicado la paternidad del documento EnfoCATs. Esta demencial hoja de ruta, que culminaba con la gloriosa proclamación de la independencia indolora de Cataluña, es la culpable de todos los males que nos han caído encima y de los cuales, tres años después, todavía estamos pagando las consecuencias. Y lo peor de todo es que este “duende loco” continúa enredando y pariendo ideas y proyectos que, gracias a los abundantes recursos económicos que tiene detrás, intoxican a la sociedad catalana e intentan determinar la agenda política.

En la cristalización del proceso independentista 2012-17 confluyen tres vectores: el que denomino “las largas y frías noches de los eurodiputados en Bruselas” (donde coincidieron en el tiempo Oriol Junqueras, Raül Romeva, Maria Badia i Ramon Tremosa); los “huérfanos del PSAN”, el histórico partido independentista de los años setenta, que diseminó sus semillas en diversos tiestos (ERC, CDC, ICV, PSC…); y las “viudas de Convergència”, desorientadas y rabiosas después de la confesión-traición de su ídolo-referente, Jordi Pujol.

Con estos mimbres se hizo el cesto. Dada la disparidad de intereses que convergieron en la formación de Junts x Sí (2015) y en los acontecimientos del otoño del 2017, es obvio que los análisis e interpretaciones que se han hecho son también discordantes y a menudo contradictorios. Buena prueba de ello es la ingente cantidad de libros que se han publicado sobre el tema y la certeza que la polémica, con todas sus salsas, todavía durará años, en la mejor tradición mediterránea.

Hasta ahora se nos ha querido imponer una lectura épica del proceso independentista, culminada con una nueva derrota, como la del 1714. (Afortunadamente, sin ninguna muerte). Pero de una lectura del sumario que ha instruido el Juzgado n. 13 de Barcelona y conociendo a los protagonistas de este episodio, mi conclusión es otra.

Visto en perspectiva, el referéndum del 1-O fue urdido por sus verdaderos organizadores –los que movían los hilos y los “tempos”- como un enorme troleo destinado a reírse de Madrid y a hacer que el Gobierno de Mariano Rajoy cayera como un pardillo en la trampa de esta broma colosal… y aquí no ha pasado nada. Pero se encontraron con que esta ópera bufa no hizo la menor gracia en la Zarzuela ni en los poderes fácticos del Estado español, que reaccionaron con el garrote en la mano y sin contemplaciones. Después han venido los llantos.

La secesión interna de un territorio de un Estado miembro de la Unión Europea, por la vía de un referéndum unilateral y rompiendo el marco constitucional, es una aberración jurídica y política. Lo ha vuelto a remachar la comisión de Venecia, el determinante organismo consultivo del Consejo de Europa. Si el 1-O fue una performance, es obvio que los nueve políticos presos tienen que salir a la calle, por la vía del indulto o por la reforma del delito de sedición en el Código Penal español. ¡Los payasos, al circo, no en la prisión… ni en la política!

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