La pandemia económica

No nos acabamos de dar cuenta del drama humano que estamos viviendo. La Covid-9 está haciendo estragos en todo el mundo. No sabemos cuánto durará, pero de momento ya son centenares de miles los afectados y miles las muertes producidas. La Organización Mundial de la Salud tuvo que declarar oficialmente que nos encontrábamos ante una pandemia sanitaria mundial.

Más allá de las graves consecuencias sobre la salud, hay que considerar también las repercusiones que tendrá sobre la economía, las empresas y la sociedad. La pandemia sanitaria está creando una pandemia económica. Antes de estallar el Coronavirus se estimaba que el crecimiento mundial del año 2020 seria del 3,3% del PIB, en la Eurozona del 1,3%, en Estados Unidos 2,%, y del 6% en la China. Ahora ya se prevé que el crecimiento del PIB en 2020 será negativo en todas partes y su magnitud dependerá de la duración de la crisis.

¿Y que pasará después? Hay dos hipótesis. La primera es que una vez desaparecidos los efectos del Coronavirus, gracias a las contundentes medidas económicas tomadas por los gobiernos y bancos centrales, volverá el crecimiento en torno a lo que se había previsto. Es la hipótesis que defienden los gobiernos y las instituciones monetarias mundiales. La segunda hipótesis es que se entrará de lleno en una larga recesión. En este caso la recuperación tardaría en llegar, y el sufrimiento sería más profundo. Esta opinión es la que expresan unos cuántos expertos económicos. A diferencia de la crisis financiera de 2008, se ha actuado con mucha celeridad. Los bancos centrales y la mayoría de los gobiernos ya han anunciado que usarán lo que haga falta para recuperar el crecimiento económico. Serán medidas que se traducirán en un importante aumento del déficit y del endeudamiento.

Si nos centramos al caso de España, el gobierno ha querido tranquilizar a la población con un amplio plan de medidas y una movilización de 200.000 millones de euros. Las medidas suponen una moratoria del pago de las hipotecas sobre la vivienda, parar los desahucios, avalar préstamos bancarios a empresas, facilitar ayudas de la Seguridad Social, dejar de pagar los suministros de luz, gas y agua y ayudas a las familias más vulnerables, y si hace falta, ayudas directas a estas familias. Habrá que ver como se instrumentarán todas estas ayudas en la práctica.

Hay que decir que de esta crisis todos saldrán perjudicados aunque afectará de manera muy desigual. Hay sectores que lo notarán poco, como son los funcionarios, los pensionistas y los que trabajan en empresas de servicios esenciales, como por ejemplo farmacias o supermercados. No sufrirán demasiado los parados de las grandes empresas que con el apoyo de los sindicatos y la ayuda de la Seguridad Social no sufrirán grandes perjuicios. Mucho más complicado y penoso resultará para las pequeñas y medianas empresas, los autónomos y las profesiones liberales modestas, puesto que sus ventas o sus ingresos se reducirán. Además no todos podrán acogerse a las ayudas, entre otras razones porque algunos funcionan parcialmente con economía sumergida. Finalmente, habrá muchas personas en situación de vulnerabilidad. Son los que tienen pensiones bajas, trabajos precarios, o hace tiempo que están al paro. Y no se puede olvidar, la fuerte caída del valor de los fondos de pensiones, inversiones o bursátiles que afectan mucho al pequeño ahorrador.

El gobierno ha afirmado que nadie quedará atrás, y nadie perderá su vivienda. Veremos. Esto significaría que el gobierno se haría cargo de la montaña de deudas de muchas familias que no podrán pagar las hipotecas, los alquileres, los impuestos y los suministros de servicios. La realidad económica, Bruselas y el mismo gobierno tendrán que poner un límite al déficit y al endeudamiento público.

No hay duda que lo primero es la salud de los ciudadanos. La magnitud del esfuerzo económico que se tendrá que hacer tanto en España como en la Unión Europea lo iremos viendo en los datos económicos de los próximos meses y en especial con el aumento del déficit y del endeudamiento, que condicionará el crecimiento futuro del país. Nunca habíamos sufrido una pandemia de esta magnitud y menos que tras ella viniera una pandemia económica. Vienen tiempos difíciles, pero una vez más, los tendremos que superar con esfuerzo, cohesión social y solidaridad.

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