Illa

A Salvador Illa le dieron un ministerio 'maría', Sanidad, para cubrir la cuota catalana. Las competencias de salud están transferidas a las comunidades autónomas -la primera en recibirlas fue Cataluña en 1981, y hasta 2002 no se completó el periplo autonómico. Así, la cartera de Sanidad está prácticamente vacía, reduciendo los márgenes de lucimiento, pero y también los de desgaste. Este fue el 'regalo' que al inicio de la presente legislatura el presidente Pedro Sánchez le hizo al roquerol. Desconozco si lo hizo porque no se fiaba o porque tenía el carné de baile lleno. Sea lo que fuere, a Illa le dieron un plácido ministerio que, a priori, pocos dolores de cabeza le había de dar, situándolo en un gris segundo plano. Para entender la escasa notoriedad del ministerio, sólo cabe preguntarse cómo se llamaba el anterior ministro-a de Sanidad –María Luisa Carcedo. Pero Murphy siempre está al acecho, medio oculto, con sus leyes en la recámara, a punto de disparar. Y disparó. La Covid-19 ha hecho saltar por los aires la normalidad y lo que debía ser un ministerio de medio pelo se ha convertido en un superministerio e Illa, que tenía que pasar por la política sin pena ni gloria, se ha convertido en un superministro.

Pocos eran los que apostaban que el filósofo haría carrera política, pero aquí está. Entre taciturno e insípido, quien fue alcalde de La Roca del Vallés, pone cara de contable despistado, con "aire de gentleman vintage", como lo describiría su compañero de partido, Ferran Pedret; que también destacaba: "Sabe escuchar". Así, avanzando de puntillas, la mano derecha de Iceta, se ha convertido en el político revelación de la temporada. El estado de alarma decretado para gestionar el virus lo convirtió en el político con más poder en España y ahora, a pesar del retorno de las competencias a sus lugares de origen, Illa continúa flotando en un mar de políticos náufragos.

¿Cuál ha sido el secreto o los secretos del éxito de Illa? De entrada, el "saber escuchar" que decía Pedret, y dejarse asesorar. Illa ha encontrado en el doctor Fernando Simón un buen aliado para gestionar una crisis sanitaria sin precedentes. Y, aunque la gestión está llena de máculas, el atípico dúo sale bien parado. ¿Más méritos? Illa aguantó con estoicismo el vendaval de críticas, sin caer en la provocación, pero tampoco sin dejar de defenderse, devolviendo pacientemente todas las pelotas que ha recibido. Así, el hombre ha dejado para la posteridad grandes sentencias como -respondiendo a las críticas del PP: "Simplemente le quiero pedir un favor: feliciten a la señora Ana Pastor por haber creado el Centro de Coordinación de Alertas y Emergencias Sanitarias y a la señora Ana Mato por haber nombrado a Fernando Simón ". También son suyas las frases: "La quiniela, los lunes, la acertamos todos", o: "Espectáculos, los justos".

Por todo ello, Ila se ha convertido en un claro aspirante a la presidencia de la Generalidad de Cataluña, que puede dar y dará mucha guerra. Aunque no estamos en lunes para acertar la quiniela, pero tiempo al tiempo.

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