La auténtica y verdadera historia de Fredi el gafe

Hagamos un repaso al álbum de fotos de Quim Torra (AKA Gàndalf) y nos encontramos con un montón de imágenes junto a Carles Sastre, actualmente líder de una organización especializada en liderar cierres patronales denominada Intersindical CSC, a pesar de que años atrás se dedicaba a adosar bombas al pecho de empresarios, como Josep Maria Bultó, y hacerlas estallar en nombre de la liberación patria.

Envidioso de su sucesor y masover, Carles Puigdemont también se ha buscado un terrorista de referencia, y lo ha encontrado en Frederic Bentanachs, todo un hombre de acción con quien tendría que ir con cuidado, puesto que si algo tiene el amigo Fredi es el ser un poco gafe. No más hay que hacer un repaso a su historia para constatarlo.

Todo empieza el 23 de diciembre del 1978, cuando el amigo Bentanachs lidera un grupo de cinco jóvenes que salen de Bayona en dirección a los campos de entrenamiento de ETA en tierras francesas. Para sufragar los gastos, Frederic y sus compañeros Martí Marcó y Joaquim Peregrino atracan la empresa Cosmética Barcelonesa del Prat gracias a la información facilitada por Fèlix Goñi, otro de los felices compañeros de la excursión navideña a Francia. Tuvieron dos instructores de lujo. Domingo Iturbe Abasolo Txomin y Dolores Fernández Cataráin Yoyes.

Durante una semana estuvieron aprendiendo a usar pistolas y metralletas, a poner bombas y a usar temporizadores eléctricos. Además, como regalo de despedida, Fredi y sus amigos se llevaron hacia Barcelona cinco pistolas Firebird, dos subfusils Stein, cinco kilos de goma-2, con su cordón detonante y mecha incluidos, y 1.500 balas.

Ansiosos por estrenar los juguetes que les habían regalado los colegas vascos, el 26 de enero de 1979 Fredi y su pandilla decidieron atracar una camioneta que transportaba fondo de Banca Catalana. Consiguieron un R4 de un discreto, y quizás premonitorio, color amarillo y se pusieron a dar vueltas, calle Bruc arriba, calle Bruc abajo, con la mala suerte de que en el cruce con Consejo de Ciento llamaron la atención de un jeep de policía que iba a identificar otro vehículo, matrícula de San Sebastián, que se les escabullió. Bentanachs y compañía intentaron atropellar al policía que les dio el alto quién, en correspondencia disparó y acertó tres disparos en Martí Marcó.

Pasado un rato la policía encontró el R4 amarillo en la calle de la Providencia con Marcó como único ocupante. Bentanachs creyó que lo mejor para la patria era abandonarlo mientras se desangraba. Entusiasta como era, no podía dejar que esta pequeña traba acabara con sus planes. Así fue que el 2 de junio de 1979, Bentanachs y sus alegres compañeros Fèlix Goñi, Griselda Pineda y Quim Peregrino decidieron poner una bomba en un concesionario de la Renault que había en el cruce de Travessera de Gràcia con la calle Regàs.

Nadie sabría decir si fue por mala suerte o por no haber prestado suficiente atención a las lecciones sobre temporizadores, la cuestión es que el explosivo estalló en manos de en Goñi, qur murió con la cara destrozada y el abdomen reventado. A su lado iba Quim Peregrino, que acabó ingresado en la UVI después de sufrir graves quemaduras y amputaciones en una mano y en sus partes, según informaba La Vanguardia al día siguiente.

Pocas horas después detenían a Fredi Bentanachs, que acabó en la prisión componiendo bonitos poemas en castellano: Hijos de puta / de España / el corazón nos queréis robar / Hijos de puta de España / qué caro que os ha de costar".

Hoy Fredi, entre foto y foto en Waterloo, recuerda los buenos tiempos, animando la lucha de los CDR y reuniéndose con los más decididos y radicales, como los detenidos hace unas semanas por intentar presuntamente fabricar bombas y planear la ocupación del Parlament.

También participa en homenajes a sus compañeros de armas y quien sabe si no envidia interiormente la suerte de Martí Marcó, que hoy tiene una plaza de homenaje a su casa natal en la calle del Pedró de la Creu, 16. La puso ERC, donde militaba, para recordar que cayó "en lucha por las libertades nacionales".

Nota final: En esta Barcelona que retira justamente estatuas de negreros y cambia el nombre de una calle dedicada a un militar por ser facha muchos años antes de que el fascismo existiera, se rinde homenaje a un terrorista. No sabemos qué piensa la alcaldesade ello..

 

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