Construir esperanza

El futuro pinta preocupante. A todos los niveles y en todas partes. En Catalunya tenemos medio país cabreado porque hay dirigentes políticos y activistas por la independencia encarcelados o residiendo forzosamente en el extranjero. El otro medio país está harto que se le ignore y de aguantar el monopolio informativo sectario de la televisión pública catalana. España tiene un gobierno socialista que se aguanta con pinzas con una oposición feroz que le exige más mano dura con el gobierno catalán y a las puertas de unos juicios que nos tienen a todos con el corazón en la mano.

Andalucía acaba de poner a cuerpo descubierto, con sus elecciones autonómicas, que España no es inmune al populismo ultraderechista que hace años que recorre Europa. Casi 400,000 personas han votado en estos comicios a un partido que quiere suprimir las autonomías y retirar derechos a mujeres y homosexuales, entre muchas otras barbaridades. El italiano Matteo Salvini continúa subiendo en intención de voto cuanto más duro se muestra con las personas que quieren migrar a su país. A punto de cerrar el año el número de las que se han ahogado en el Mediterráneo este 2018 supera las 2.100. Ante las trabas que ponen a sus tareas de rescate, Médicos sin Fronteras ha renunciado a que su barco 'Aquarius' continúe salvando vidas en nuestro mar. Los guardacostas libios han interceptado en él a unos 14.000 migrantes de camino hacia Italia y los han devuelto a unos centros de detención en condiciones lamentables. Hungría y Polonia lideran a los países que se niegan a firmar los acuerdos sobre inmigración –que tampoco son ninguna puerta abierta de par en par a los migrantes- que impulsa la Unión Europea.

Los chalecos amarillos ponen al presidente francés Emmanuel Macron contra las cuerdas y todo el mundo se pregunta de dónde ha salido este enojo social en uno de los países que parecía que mejor había sabido hacer frente a las medidas de austeridad que impone la Unión. Medio Reino Unido se quiere ir de esta Unión y la otra mitad se quiere quedar. Donald Trump continúa haciendo de las suyas y negando que el cambio climático existe, a pesar de las catástrofes naturales que sufre su país, incendios devastadores incluidos. Un defensor de la dictadura brasileña ha llegado a la presidencia del país.

Todo el mundo está enfadado y preocupado por el futuro.

¿Y la izquierda? Los ingleses 'progres' confían en Jeremy Corbyn, Portugal conserva un gobierno de izquierdas, los 'demócratas' han recuperado en Estados Unidos el control del Congreso, en el que ha entrado representantes indígenas y de perfil izquierdoso. Bernie Sanders, Yanis Varoufakis y Ada Colau se reunieron en Vermont el 1 de diciembre y llamaron a "construir esperanza".

Pues, ¡mira!, ¡no nos vendría nada mal!

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