«Las conciencias son vulnerables y están condicionadas por cómo se alimentan»

Entrevista a Raúl Lira Morell
Raúl Lira Morell
Raúl Lira Morell

Sociólogo por la  Universidad de Barcelona (UB). Especializado en metodología de la investigación, ha realizado estudios en varios campos, y en diferentes países de América Latina. Ha publicado “Diseño y proceso de investigación. Realidad, método, concepto”, y ha desarrollado sistemas de evaluación, a través de un modelo matemático.

Los sistemas de dominación deben ser tan antiguos como los propios humanos, pero varían con el tiempo…

Los sistemas de dominación se ejercen en el pensamiento, la gestión económica, productiva… En los años 50, imperaron sistemas de dominación abiertos, manifiestos, con invasiones, como las de Guatemala, Bahía de Cochinos… Luego fueron evolucionando hacia intereses muy precisos. La guerra intensiva fue también una estrategia de dominación en Centroamérica, hasta que llegó el actual sistema, que es increíblemente efectivo.

¿Cómo, por ejemplo?

Producto de la Sociedad de la Información, invasiones militares, como las de Granada o Panamá, ya no eran posibles porque no estaban bien vistas y, en definitiva, resultaban muy caras. Así, se desarrollaron nuevas estrategias, en las cuales la dominación no fuera manifiesta, e incluso que los gastos corrieran a cuenta del país dominado. Se trata de un proceso de líneas de corrupción, estrategias capaces de generar intereses donde se desarrollan y que, además, limitan la capacidad de acción de los países, en la medida en que, una vez aceptados sobornos, etc., perdías autonomía y posibilidades de intervenir. El conglomerado brasileño de negocios Odebrecht es un ejemplo de este sistema de cohechos. Dentro de la propia empresa, que tiene una “línea blanca”, funciona un ámbito obscuro, específicamente dedicada al soborno.

¿Cuál es el papel de la información en los mecanismos de corrupción?

El sistema va acompañado de un mecanismo de información ad hoc, que desarrolla una nube de medias verdades y mentiras directas, mediante la cual la sociedad de la información va siendo contaminada y la gente se va quedando con algunos “fotogramas” de la realidad. Las conciencias son vulnerables, frágiles, y están condicionadas por el modo en que se alimentan. Si se están consumiendo elementos como “lo mala que es la democracia, porque genera o permite la corrupción”, vas generando respuestas, búsquedas de otras alternativas. Y ahí aparece el salvador (Vox, por ejemplo) que, de algún modo, también es un producto informativo a escala local. O sea, que estos sistemas de información generan recursos para quienes están manejando los hilos del proceso de dominación, sin costes añadidos. Así, se auto-gestiona la intervención económica, social, política. Ya no se trata de algo en lo que los yanquis tienen que invertir para invadir Panamá. Ahora es el mismo Panamá quien se auto-invade.

Para lo cual se dispone ahora de herramientas tan formidables como las tecnologías de difusión masiva de información, el control del conocimiento…

Este sistema de información, de tan fácil acceso a lo que te quieren vender y tan dificultoso para poder conocer la realidad, posibilita que la gente se vaya construyendo su propia realidad. La marginalidad no es una situación de carencias objetivas, sino una forma de pensar. Puedes tener cubiertas tus necesidades y ser un marginado. En términos informativos, ocurre algo parecido. Está lo que te entregan y el manejo de la información. Quien puede generar nueva información, como la investigación científica, está delimitado por quienes son los poseedores del conocimiento (como en el marxismo se hablaba de quienes poseían los medios de producción), que no es solo lo que se dice de las cosas sino como como se genera nuevo conocimiento. Las universidades están instaladas en un determinado nivel de mediocridad. Como los electrodomésticos tienen una durabilidad programada. Un profesor que genera ideas es problemático y no interesa. En general, la mejor manera de dominación económica, social…, y de las conciencias es tener una Universidad ad hoc. Pink Floid, en “The Wall” lo representa muy bien, para la educación primaria. O sea, profesores mediocres para construir empleados mediocres. El conocimiento es patrimonio de una élite. Los poseedores de los medios de generación de conocimiento actúan donde les interesa. El conocimiento no está en la universidad pública.

¿Cuál es el papel de los medios de comunicación, digamos tradicionales (prensa, radio, tv) en este contexto?

En gran medida forman parte del juego. Son distribuidores de la información establecida como correcta. No son generadores de información. Se limitan a difundirla. También aquí los periodistas incisivos, interesados en informar de la realidad, tienen problemas. Así, a nivel macro, vemos cómo se pueden dominar las conciencias a través de sistemas como la construcción de la corrupción. La corrupción es un constructo. Cosa que, en cualquier caso, no sería suficiente, sino se dispone alrededor de profesionales dedicados a fabricar los productos y comunicadores que los distribuyan. La Universidad es un elemento importante en esta cadena de montaje, como también lo son los medios de comunicación.

¿También el miedo u otros elementos forman parte de esta corrupción?

La propuesta de dominación es sistémica y, generalmente, los partidos de izquierdas responden a ella con propuestas mecánicas. Los grandes intereses trabajan articuladamente y nosotros lo hacemos de forma inarticulada e individualmente. A los que dominan no les interesa ser conocidos. Y el miedo, claro, forma aparte de los sistemas de dominación. El temor a los otros, a la pobreza, la islamofobia… Y también a los nuevos comportamientos, como no ir a colegios donde van niños con padres del mismo sexo. Todo eso está en la base y forma parte de una estrategia mucho más amplia, pero no funcionaría si la información no estuviera ya determinada para entregar productos acabados, sin ninguna posibilidad de redefinición.

¿Tiene esto algo que ver con lo que está ocurriendo en Cataluña?

El “Procés”, que es una estrategia de defensa del poder, se abanderó con el rechazo a muchas cosas. La información se articuló para ocultar los altos niveles de corrupción existentes, y seguir controlando. Pero al “Procés” también se le han ido bastantes cosas de la mano. Por ejemplo, ha fracasado absolutamente en el reconocimiento internacional. El “Procés” se genera a partir de una manipulación de la información, pero no saben seguir manipulándola. El “España nos roba” fue una de esas construcciones destinadas a que todo el mundo se las creyera, pero ha acabado pinchando. Al principio, el relato hasta puede ser ilustrado con algunos datos, pero, en su metamorfosis, cambia de naturaleza y acaba incorporándose a la paquetería general. Se olvida el contenido y lo que vemos es el envase. En definitiva, el “Procés” no es más que un eslogan.

¿Sigue siendo la demoscopia otra herramienta importante en los procesos de dominación?

Todos los sistemas de opinión pública están orientados a responder a lo que se quiere escuchar y a la manipulación de los datos, en favor de la toma de decisiones. Formalmente garantiza la toma de decisiones con argumentos, pero realmente suele servir para guardarse las espaldas. Los instrumentos demoscópicos no son válidos, porque no miden exactamente lo que dicen querer medir y no son confiables porque quienes los manejan, con los mismos datos, obtienen resultados diferentes. Los sondeos de opinión son otro de los mecanismos de orientación de la opinión pública y para tomar las decisiones más adecuadas a determinados intereses.

¿De qué modo se podría hacer frente a todo esto?

Es fácil hacer análisis de todo lo que no funciona, pero hacerlo funcionar de otro modo, no es nada fácil. En cualquier caso, creo que lo fundamental, aunque parezca modesto, es la educación. La educación en todos los niveles. Hay que rescatar las escuelas críticas, de debate. Lo que aquí, en Cataluña, en algún momento se ensayó contra la dictadura franquista. Hay que incorporar aquéllos pequeños logros y darnos cuenta, por ejemplo, de que la tecnología es un medio y no un fin, en sí mismo. Y esto nos lleva a la teoría marxista de la alienación. Cuando se pierde la conciencia de uno mismo y del entorno, estás alienado. La educación tecnológica debe estar en función de la educación histórica. La escuela es un primer parapeto, la Universidad es otro, también los servicios sociales… Debemos recuperar en gran medida y con fuerza la ideología. No importa cual. Pero resulta fundamental el contraste de las ideas. Algo que puede parecer una utopía, pero que resulta fundamental para orientarnos.

(Visited 138 times, 1 visits today)
Facebook
Twitter
WhatsApp

avui destaquem

Deja un comentario