«Europa es una comunidad de derecho»

Entrevista a Cesáreo Rodríguez-Aguilera del Prat, catedrático de Ciencia Política de la Universitat de Barcelona
Cesáreo Rodríguez Aguilera del Prat

Brexit, Salvini, Vox, Visegrad… El escenario europeo no era para echar cohetes, justo antes de las elecciones del 26-M.

El miedo del establishment era un gran auge de la extrema derecha. Efectivamente, la extrema derecha ha quedado mejor que hace cinco años, pero no ha tenido el resultado que se esperaban. El establishment comunitario exageró el peligro? Es posible. Pero, en todo caso, si hubieran conseguido el 30% de los votos al Parlamento Europeo se habrían convertido en una minoría de bloqueo, que es el que querían. Han quedado muy lejos, apenas el 23%.

Fin del establishment?

El establishment comunitario ha sido, básicamente, un juego a dos, o dos y medio. El reparto de los cargos siempre lo han cocinado los socialistas, los populares y los liberales. Esto no se ha roto, pero se ha debilitado, porque socialistas y populares han perdido la mayoría absoluta. En el contexto previo a las elecciones, no se puede dejar de mencionar la crisis con Hungría y Polonia. La reacción de la UE ante Hungría y Polonia no ha sido tan firme como lo podía haber sido, pero tampoco ha sido blanda. Por un lado, se ha activado el procedimiento del artículo 7 (que permite privar del derecho de voto un Estado, y que no concluirá porque falta unanimidad final), que se un desprestigi para los gobiernos polaco y húngaro. Y la UE tiene un segundo insrument todavía más poderoso, que son los fondos estructurales. Si se cierra el grifo, Hungría y Polonia lo notarán mucho.

El Brexit ha sido especialmente determinante en este escenario?

El más interesante del Brexit es que la UE ha sido, en líneas generales, capaz de mantener una posición común. Cosa que, a priori, no era tan evidente. Los políticos británicos contaban con las divisiones en el bloque comunitario. No obstante, sorprendentemente, los 27 han actuado en una. Al final hubo pequeñas diferencias sobre la cuestión de los plazos, pero la UE, cuando llegó a un acuerdo con Theresa May, dijo que este acuerdo se puede aclarar, precisar, pero no tocar. Esta posición ha resultado seria e inamovible: lamentamos que el Reino Unido marche, respetamos esta decisión y hemos llegado a un acuerdo después de dos años de negociación. Se devuelve así la pelota en el Reino Unido y los políticos británicos de los dos grandes partidos se han destrozado. Nadie sabe qué pasará. Boris Johnson ha ganado el liderazgo en el partido tory. Es de la escuela Trump, impredecible, un demagogo turbulent… Pero como primer ministro estará obligado a ser algo más pragmático: nadie puede predecir qué pasará el 31 de octubre. Es poco probable un Brexit a la tremenda, entre otras cosas porque los poderes financieros e industriales británicos no están para lo cual. Es posible que antes del 31 de octubre se disuelva el Parlamento y se convoquen elecciones.

Los sondeos tomaron bien el polos político?

Los sondeos se equivocaron en dos cosas. En la participación, que preveían nuevamente muy baja, de poco más del 40%. Se ha superado el 50%. Es la primera vez, desde el año 1979, que sube la participación. Esto no estaba previsto. Los sondeos también se equivocaron en la estimación del voto de la ultradreta. Todos los sondeos apuntaban a un gran triunfo de la ultradreta. Precisamente el miedo a la ultradreta es el que ha movilizado los electores más o menos europeístas que no siempre votaban y esta vez lo han hecho. La estrategia de las derechas radicales ha fracasado en parte, porque el proyecto de Salvini era unificar en un solo grupo Conservadores y Reformistas Europeos, Europa de las Naciones y de la Libertad, y Europa de la Libertad y la Democracia Directa. El grupo de Kaczynski no tiene ningún interés para fusionarse con Salvini y, por lo tanto, se mantiene apartado. El de Farage ha desaparecido, porque cómo que el que quiere es irse, no ha tenido ningún interés a reproducir su grupo parlamentario. Y Cinco Estrellas también se ha desmarcado. Salvini y Le Pen han incorporado Alternativa para Alemania. No está mal. Se han convertido en el quinto grupo parlamentario de la cámara, pero su fuerza ha quedado limitada.

A que se debe de la subida de los liberales, una cosa que se intuía, pero sin mucha relevancia?

Los liberales han crecido por una razón muy sencilla, gracias a Francia y en España. Es decir, a Macron y a Ciutadans. Los otros liberales europeos están, más o menos, como estaban.

Cómo ha quedado la foto fija de los seis grandes países, el 72% de la población europea?

En Alemania, la Gran Coalición ha recibido un pequeño castigo, y los grandes triunfadores han sido los verdes: el voto progresista se ha decantado por ellos y los ultras han quedado más o menos como estaban. En Francia, con el hundimiento de los partidos históricos, los postgaullistes y los socialistas son irrelevantes. La política francesa está dominada por Macron y Le Pen. La sorpresa: los verdes. A las europeas los verdes quedan muy bien. A las elecciones nacionales tienen resultados discretos, pero cuando llegan las europeas, en vez de votar socialistas y excomunistas se vota los verdes. Con los británicos no se contaba, pero han tenido que votar. Y el que ha ganado, que es Farage, ni siquiera ha hecho programa. No obstante, los tres partidos claramente europeístas sumados han quedado mejor que él. El partido tory se ha hundido, con cuatro diputados. En Italia se han invertido los términos. A las elecciones nacionales ganó el Movimiento 5 Estrellas con un 33% y la Liga de Salvini se quedó en el 17%. Ahora se han invertido exactamente los términos. El Partido Demócrata ha aguantado. En España aguantan bien los partidos de toda la vida (PSOE y PP), Ciutadans no consigue el sorpasso, y Podemos recula. En el caso de Polonia, la confrontación ha sido bipolar, porque se intentó una alianza de todos contra Kaczynski y por los pelos no ha conseguido ganar. Un tercer partido liberal, Wlosna (Primavera), se descolgó de la alianza y le dio el triunfo a Kaczynski.

Y el Parlamento Europeo?

Más complejo, más fragmentación. Para constituir mayoría ya no basta con dos. harán falta tres o cuatro, cosa que mujer juego a liberales y a verdes, y para algunas votaciones, a una parte de la izquierda radical. La UE es lenta por definición, pero en tres días se han puesto de acuerdo para elegir los grandes cargos. Nos tendríamos que preguntar si, por ejemplo, Alemania seguirá emperrada en esta obsesión por el déficit y la austeridad. Esto es insostenible. Después se quejan que la gente vote populista. Si no regulas el mercado financiero y no redistribuyes, qué puedes esperar? Decía Juncker, cínicamente: "Sabemos qué tenemos que hacer, pero después no sabemos como ganar las elecciones". El verde está de moda: cambio climático, transición energética… Y el desgaste de la vieja izquierda abre una vía de oportunidad al ecologismo. Han quedado muy bien en Alemania, Francia, el Reino Unido, países nórdicos…

El gran esperpento de la inmigración?

Europa necesita más inmigrantes de los que llegan, pero es muy fácil hacer demagogia asociando delincuencia e inmigración. Además, resulta que esto de los barcos y las pateras es una minoría, pero es el que más llama la atención. El asunto está magnificado y los gobiernos hacen muy mala pedagogía. Pero cómo que los partidos de derechas tienen pánico electoral a la extrema derecha, ceden.

Y la gran asignatura pendiente del federalismo?

Europa no es un Estado. Ojalá algún día lo sea, pero falta mucho. Los Estados Unidos de Europa serían una potencia muy relevante, pero los gobiernos nacionales, por ahora, lo hacen imposible. Pero con esta nueva composición del Parlamento se pueden abrir vías de cambio. El Parlamento se convertirá en una institución más relevante y con más capacidad de presión. Y si el Reino Unido acaba marchando, paradójicamente puede favorecer la integración europea. El Reino Unido ha sido lo gran obstáculo antifederal a la Unión Europea.

Y Cataluña, en todo esto?

Puigdemont es a la oleada del populismo nacionalista. Sus amigos en Europa son inquietantes. Y él está haciendo antieuropeisme proclive al autoritarismo. El voto a Puigdemont a las europeas es el voto de la pataleta, el que más incordia. Insistir en el disparate del Lo volveremos a hacer es incomprensible. Europa es una comunidad de derecho, no sólo un mercado. Y nunca romperá el derecho.

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