Quim Torra «no confía» en los Mossos

La creación de un grupo específico de mossos d'esquadra que protegerán el presidente, los ex-presidentes y el titular del departamento de la Presidencia ha caído como "un jarro de agua fría" dentro del cuerpo de la policía catalana
La creación de la guardia pretoriana del presidente catalán ha hecho salir ampollas en el cuerpo policial.
La creación de la guardia pretoriana del presidente catalán ha hecho salir ampollas en el cuerpo policial.

Cuando el presidente catalán, Quim Torra, a través de la consejera portavoz de su ejecutivo, Elsa Artadi, anunció a finales de enero la creación de un grupo especial de mossos d'esquadra que pasarían a formar parte de una unidad de escoltas de la Presidencia de la Generalitat, la noticia no dejó nadie indiferente dentro del cuerpo de la policía catalana. La peculiaridad de esta guardia pretoriana de agentes de los Mossos está pensada para dar protección exclusiva al presidente de turno, a los ex-presidentes y al o la titular del departamento de la Presidencia del ejecutivo catalán. Se da la circunstancia que, con el nombre de Área de Seguridad Institucional, este selecto grupo de mossos dependerá funcionalmente del departamento de la Presidencia, a pesar de que orgánicamente seguirían dependiendo del departamento de Interior, y en concreto de la dirección general de la Policía (DGP).

Cuando el comisario en jefe de los Mossos, Miquel Esquius, informó de esta decisión de Torra a la cúpula policial catalana, fuentes conocedoras del encuentro han afirmado a EL TRIANGLE que en la reunión “se hizo el silencio más absoluto, nadie de los presentes abrió la boca”, y añadieron que los mandos uniformados de los Mossos “estaban consternados”.

De hecho, estas fuentes aseguran que la decisión “cayó como un jarrón de agua fría” entre los comandamientos uniformados de la policía de la Generalitat de Cataluña.

Una de las primeras lecturas que se hicieron de la creación de este grupo de escoltas personales de Presidencia fue que la voluntad escondida era dar cobertura legal a la protección del ex-presidente Carles Puigdemont, que se encuentra huido en Bélgica. Se da la paradoja que hoy en día, Puigdemont está recibiendo escolta de agentes de los Mossos que fuera de servicio van a Waterloo sin armas, puesto que para poderlas sacar de España les hace falta el permiso del ministerio del Interior, el cual ha prohibido a los Mossos hacer de escoltas en Bélgica. La tesis de la protección de Puigdemont coge fuerza si se tiene en cuenta que la creación de esta guardia para Torra, los ex-presidentes y Elsa Artadi, se le atribuye al sargento de la policía de la Generalitat Lluís Miquel Escolà, el cual formó parte del grupo de escoltas que dio cobertura a la fuga de Puigdemont y que posteriormente ha sido recolocado en un cargo de asesor del consejero de Interior, Miquel Buch.

Una segunda lectura, que se ha hecho posteriormente, dentro del cuerpo de la policía catalana es la que asegura que “Torra no confía en nadie, tampoco en los Mossos, y por eso ha decidido coger un grupo de fieles para que le den escolta”. Esta teoría se refuerza, según las fuentes de la policía catalana consultadas, en el hecho que “se ha sacado la dirección de este grupo a los mandos naturales” y se ha dado al departamento de Artadi.

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