Quienes se dedican al estudio de las ciencias políticas afirman que un mal paso puede acabar llevando a un político al ostracismo. Últimamente ha trascendido que el primer secretario del PSC, Miquel Iceta, ha quedado tocado después de que se haya truncado su candidatura a la presidencia del Senado propuesta por el ganador de las últimas elecciones generales y futuro presidente del gobierno central, el socialista Pedro Sánchez. Una posibilidad que Miquel Iceta vio desvanecerse cuando las fuerces independentistas en el Parlamento -JxCat, ERC y la CUP- vallaron el paso a su proclamación como senador en representación de la cámara catalana.
Incluso el mismo Iceta ha verbalizado su chasco de haber quedado apartado de la presidencia del Senado afirmando que se siente en un tipo de "limbo político", tal como explicábamos en la última edición. Pero los colaboradores más próximos del líder de los socialistas catalanes consideran que no hay mal que por bien no venga, y que si bien Iceta ha quedado tocado, este político de largo recorrido continúa siendo un valor en alza.
Dirigentes del PSC afirman que, de entrada, los socialistas catalanes han quedado más que bien representados en las primeras decisiones que ha tomado Pedro Sánchez, que ha colocado como presidentes de las dos cámaras de las Cortes Generales a dos socialistas catalanes: Meritxell Batet en la presidencia del Congreso de los Diputados y Manuel Cruz en la presidencia del Senado. Esto sin contar que el primer lugar de la lista de los socialistas españoles en el Parlamento Europeo también lo ha ocupado un socialista catalán, al menos en origen, Josep Borrell. También apuntan estas fuentes que, además, todavía está por ver cuál será la composición del nuevo ejecutivo central, donde muy seguro que se espera que haya uno o más ministros aportados por el PSC.
Tocado, pero no hundido
Pero el elemento que más destacan estos dirigentes es que cada vez parece más evidente que más pronto que tarde el presidente catalán, Quim Torra, se verá abocado a convocar elecciones anticipadas y que hay que tener un candidato que pueda rentabilizar el auge que el socialismo está teniendo progresivamente en las últimas convocatorias electorales.
"La marca del PSC en Cataluña y la del PSOE en el resto de España levantan la cabeza –según analizan diferentes voces autorizadas dentro de los socialistas catalanes–, y no podemos ir cambiando de candidato cada dos por tres, y menos si el que tenemos funciona". De este modo defienden el papel de Iceta al frente de las listas electorales que el PSC ha ido presentando últimamente en las elecciones en el Parlamento de Cataluña.
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