Los fichajes de Griezmann y De Jong tensan el vestuario del Barça

El fichaje del delantero francés también provoca rechazo entre la afición barcelonista por su negativa a jugar en el Camp Nou la temporada pasada y su indecisión actual
El delantero francés tiene que conquistar el Camp Nou con muchos goles si vol
El delantero francés tiene que conquistar el Camp Nou con muchos goles si quiere triunfar.

La perspectiva de los fichajes del Barça para la temporada próxima abre dos ventanas completamente diferentes: la de Frenkie de Jong, medio centro del Ajax, atado hace unos meses y mayoritariamente aceptado por la afición y el cuerpo técnico, y la del delantero Antoine Griezmann, del Atlético de Madrid, contra el cual se ha postulado también de forma contundente la opinión pública barcelonista. En ambos casos el vestuario no parece haber encajado muy bien su llegada, planteada desde la directiva como un tipo de pulso al enorme poder de decisión y de veto que ha ejercido en los últimos años.

No ha estallado la guerra, pero por supuesto la relación no será la misma, y existe la posibilidad de que dentro del vestuario se rompa el equilibrio y la unidad impuesta hasta hoy por las "vacas sagradas" del equipo. La llegada más complicada será la del delantero francés, un futbolista que por ahora ha antepuesto ganar dinero a cualquiera otro objetivo durante su todavía corta carrera en el fútbol profesional. Al menos, esto se desprende de su protagonismo en el mercado de fichajes, a partir de sobresalir en la Real Sociedad y ser traspasado al Atlético de Madrid.

En 2017 amenazó con irse, admitiendo públicamente que prefería el Manchester United, un deseo que rápidamente reprimió ante un aumento sustancial de su ficha y una cláusula de rescisión rebajada a 100 millones en 2018 para así poder irse más fácilmente un año después.

Cuando parecía que aterrizaría en el Camp Nou, el mismo Griezmann anunció que renunciaba a esta posibilidad y ahora se asegura que incluso antes de ser eliminado en la Champions de este año se ofreció al Barça, que para ficharlo tiene que pagar 20 millones de euros más (120) de cláusula que hace doce meses. Pero, no todo cuadra en este culebrón: Griezmann sigue deshojando la margarita sin aclarar su futuro más allá de haber dejado claro, ahora sí, que el Atlético de Madrid ya no es un club a la medida de su talento y potencial. En efecto, Griezmann deja entrever, quizás demasiado a menudo, soberbia y escasa modestia cuando habla de si mismo. Quizás por este motivo Leo Messi se puso muy serio cuando le preguntaron por su llegada e insinuó que no será bienvenido.

LEE EL ARTÍCULO COMPLETO EN LA EDICIÓN EN PAPEL DE EL TRIANGLE DE ESTA SEMANA

(Visited 33 times, 1 visits today)
Facebook
Twitter
WhatsApp

avui destaquem

Deja un comentario