«La pandemia hace salir a la luz la debilidad de la atención a la gente mayor»

Entrevista a Miquel Lluch
Miquel Lluch

Secretario general de la Federación de Pensionistas y Jubilados de CCOO de Cataluña, que junto con treinta entidades más ha firmado un manifiesto en defensa de una atención sanitaria completa para la gente mayor ante la crisis de la Covid-19.

¿Cuáles son los puntos fundamentales del manifiesto que reclama una atención sanitaria completa para la gente mayor en esta situación de crisis?

Dadas las informaciones que los medios, las autoridades y los científicos nos hacen llegar, un grupo de 28 entidades vinculadas a la atención a la gente mayor hemos firmado este manifiesto, reclamando a las autoridades dotarnos de los protocolos y recursos materiales, profesionales y técnicos, necesarios para poder trabajar con eficacia. Es necesario dotar todo el personal de las residencias de material de protección EPI que les permita trabajar y atender las personas residentes con garantías de no infectarse; asegurar la asistencia sanitaria –médicos, enfermeros/as, y equipos de curas paliativas (PADES)– para atender las personas residentes, bien en una residencia o en su domicilio; dar cumplimiento a los testamentos vitales que los enfermos firmaron en su día para poder tener una muerte digna. También manifestamos nuestro apoyo y agradecimiento a todos los profesionales que atienden y afrontan esta emergencia sanitaria.

¿Cuáles son las debilidades que habéis detectado en las medidas adoptadas en la lucha contra la pandemia y que afectan la atención a la gente mayor?

En primer lugar, la carencia de protocolos de actuación específicos. A toda prisa se han adoptado medidas que principalmente están orientadas a confinar los enfermos por grados de afectación. También, la falta de recursos sanitarios en las residencias –médicos, enfermeros/as, equipos de protección (EPI) para los profesionales de las residencias y de la asistencia a domicilio–, como también la carencia de recursos inmediatos, consecuencia de una falta de previsión total.

¿Se ha minimizado la importancia de la pandemia con el argumento de que afectaba sobre todo a gente mayor y con patologías previas?

No. Las administraciones actuaron con criterios epidemiológicos reconocidos. Lo que ha pasado es que no se han podido controlar los contagios. Este virus tiene una transmisión exponencial. La pandemia afecta a todo el mundo, unos son contagiados y asintomáticos, otros sintomáticos, algunos de leves y algunos de críticos. Desgraciadamente, por razones de vulnerabilidad y patologías previas, es letal para este grupo de población más frágil.

¿La pandemia pone en evidencia que nuestra sociedad no trata con bastante cura la gente mayor?

Sí. Esta pandemia ha hecho salir a la luz la realidad de la vida de la gente mayor, que ya existía: una asistencia domiciliaria y en las residencias casi de supervivencia básica que ahora se magnifica dada la mortalidad de estas personas, que están en situación de supervivencia y no de dignidad. Son más vulnerables a la enfermedad.

Uno de los focos que más preocupan son las residencias para gente mayor, especialmente las privadas.

En las residencias de gente mayor a estas alturas más de un 70% de las plazas están en manos privadas o concertadas. La ocupación en las ciudades es completa, con listas de espera de dos años. Hablamos de unas 65.000 plazas. Hace más de diez años que reclamamos a la administración que revise y controle el funcionamiento de los centros residenciales y que los dote de los medios técnicos y profesionales adecuados. No es extraño que no estuvieran preparados, ni para esto, ni para una simple gripe.

Se ha dicho que, en situaciones críticas, los médicos tienen que decidir quién accede a unas UCI saturadas y que tienen prioridad las personas que tienen más años para vivir.

En primer lugar, quiero manifestar que la privatización, la precarización y la carencia de inversión en sanidad del gobierno de la Generalitat, los últimos años, ha dejado un sistema débil y poco operativo. En situaciones normales, las listas de espera para intervenciones también generan una serie de defunciones por la no atención; es decir, no es nuevo. Por otro lado, no comparto este criterio de criba, pero si es una persona joven con enfermedades graves (cáncer, metástasis, etc.) también sufrirá la misma situación que una persona grande.

¿Se pueden desatender ciertas necesidades fundamentales de la gente mayor al dedicar todos los esfuerzos a luchar contra la pandemia?

Estamos convencidos de que, en esta situación, los grandes dependientes, discapacitados, tetrapléjicos residentes en residencias, etc., no disponen de todas las atenciones que son habituales: fisioterapia, limpieza, cura y ayuda en la alimentación.

¿Y la ciudadanía? ¿Cómo vive y responde a la pandemia?

Los trabajadores de este país viven con incertidumbre su futuro inmediato. Las medidas propuestas (ERTO y ayudas financieras) pueden paliar la situación a corto plazo, pero si se alarga mucho en el tiempo, ya veremos como acaba.

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