Finalmente, Sandro Rosell no pacta y se lo juega a todo o nada en el juicio

A pesar de las ofertas, presiones y el consejo contrario de familiares y amigos, el ex-presidente del Barça está convencido de su inocencia y de poder demostrarlo ante el juez
Sandro Rosell
Sandro Rosell

Sandro Rosell no pactará con la Fiscalía a pesar de las muchas presiones de última hora recibidas desde su entorno familiar, círculo de amistades y de determinados poderes ante un juicio que se intuye implacable y, en la línea agresiva de la instrucción y las medidas cautelares, acompañado quizás de una condena segura y superlativa.

El ex-presidente del FC Barcelona, acusado de blanqueo de capitales y de dirigir una organización criminal, ha dejado pasar ahora del todo la ocasión de admitir delitos y de evitar sentarse en el banquillo de los acusados y también de que lo haga su mujer, Marta Pineda, pudiendo reducir considerablemente el riesgo de ser condenada.

La gran decisión, asumida y consensuada por los dos junto con sus equipos jurídicos, se basa en la firme convicción de poder demostrar su inocencia absoluta frente a lo que considera un escrito de acusación soportado por meras especulaciones, falsedades e indicios más fantasiosos que reales. Rosell, además, ha acumulado a lo largo de los casi dos años de prisión preventiva suficiente furia y rabia más que suficientes como para rechazar la racionalidad de un pacto y jugárselo todo a la carta única del juicio.

Existe, por lo tanto, un componente personal y emocional añadido contra el cual no han podido los numerosos argumentos a favor de aceptar una condena reducida, una multa proporcionada y la libertad en cambio de una admisión de los hechos y de información reservada sobre el verdadero tema de fondo. Bien es verdad que al ex-presidente azulgrana lo perseguía el FBI por su presunta vinculación y colaboración con Qatar intentando demostrar que el poderoso reino del Golfo había sobornado presidentes de federaciones y altos cargos de la FIFA para conseguir organizar el Mundial de 2022.

El entorno a Rosell está convencido de que su proceso judicial, sin precedentes ni justificación para una represión carcelaria como la que ha sufrido, sólo tenía el propósito de arrancarle una confesión que comprometiera la reputación catarí. Ahora, pero, ya es demasiado tarde para todo, puesto que entre otras cuestiones de menor importancia las investigaciones del FBI, por las buenas o por las malas, no han dado como resultado pruebas de soborno atribuibles a Qatar.

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