«El problema está en que la rabia se acabe convirtiendo en odio»

Entrevista a Jaume Moreno
Jaume Moreno
Jaume Moreno

Periodista. Trabaja en una agencia de comunicación y ha participado en la creación del Club Cortum, un espacio de diálogo y debate político desde un prisma de izquierdas. Escribió, con Enric Llorens, Con ases en la manga, sobre como la política nos engaña igual que los magos.

¿Responde el “Procés” a aquello del príncipe de Lampedusa de “si queremos que todo siga como está, es necesario que todo cambie?

Al final, está siendo como el Gatopardo de verdad. Todo el mundo se fija en esta frase, pero en la novela nada acaba siendo igual. Tengo la sensación de que esto es algo de los que siempre han tenido el poder. Se ha dicho mucho que esto era una tierra de libertad, pero siempre hemos tenido un caciquismo importantísimo, que han ganado siempre, en todas las partes. Ahora, esta gente está preocupada porque de golpe pueden ir a la cárcel por hacer chorizadas. Fíjate en lo que pasa con Oriol Pujol. Todo esto, en el tiempo, coincide con la corrupción, todo el tema del 15 M, la globalización… Que lo que hace es que, aunque se sigue viviendo estupendamente, ya no mandan tanto. 

¿O sea, caciquismo a la más vieja usanza?

En una economía que sigue siendo agraria, fuera de Barcelona y Tarragona, hay un señor que tiene un secadero de jamones en Manresa, por ejemplo. El negocio le va de película, nunca le había ido mejor. Pero este señor, a los que tenían granjas de cerdos les decía antes: “Este año no te voy a comprar los jamones y te van a joder”. Esto ahora ya no lo puede hacer porque sus clientes son de Salamanca o de Arabia Saudí, a los que les hace jamones de cordero. Claro, este señor ya no manda. Y a los que tienen las granjas de cerdo les pasa algo parecido, porque ahora se dedican a engordar crías que les mandan de Holanda. Antes, cuando los purines contaminaban, el interesado se iba al ayuntamiento, diciendo “Oye Jordi, mira lo que nos pasa”. “Eso te lo arreglo yo…” Y ahora, cuando va le dicen que tenemos la Unión Europea, que no deja pasar una.

¿Y sensación de ver amenazados privilegios, status…y agarrarse al nacionalismo como tabla de salvación?

Claro, comienza a haber juicios, señores que habían mandado y que eran impunes… La crisis quizá contribuye a todo eso. Y básicamente quienes siempre han tenido el mando y han velado por los intereses de esta gente han sido los nacionalistas. Esto viene de muy lejos, se reproduce… Te lo encuentras con el carlismo, en la guerra civil, porque fueron quienes pagaban las bombas de quienes bombardeaban los hospitales. La Lliga de Cambó acabó dentro del franquismo. Y nos quieren hacer creer que la guerra civil fue una guerra de España contra Cataluña. En Montserrat existe una especie de Valle de los Caídos, donde hay 300 requetés, que cantaban el Virolai, mientras se dedicaban a pegarles tiros a los rojos. A los señores que han mandado de toda la vida, el franquismo les asustaba menos. Ya decía Viçens Vives, los catalanes no tenemos ni idea de lo que es un Estado. Confundimos el Estado con un Gobierno. Los franquistas acabaron en Convergencia y ahora, si se miran los resultados electorales de la Cataluña profunda, se ve que hay muchos alcaldes convergentes que se están pasando a Esquerra, lo cual pone de manifiesto que ya tienen un recambio para seguir en lo mismo.

¿En un determinado momento, el “amu” piensa que le están robando lo suyo, que lo suyo es Cataluña?

Sí, porque tiene un sentido de la propiedad tremendo y, repito, porque no saben lo que es un Estado. Van con el lirio en la mano y se encuentran con el Estado de verdad, que no es Rajoy, que son los jueces… Que ellos mismos son parte de este Estado. Esta es la primea en la frente. Se engañan a sí mismos. El juego del nacionalismo, que es el mismo que practicaron las gentes del Brexit: “la culpa es de Madrid”, la “culpa es de Bruselas”. Y como lo de Madrid ya no cuela, pues la culpa es de España. Y hay otra componente importante, que es la de niños malcriados. Una actitud adolescente a los que nunca se les ha dicho no, y no entienden nada cuando alguien se les planta diciendo que esto no puede ser. Asterix en Hispania me recuerda a Puigdemont cuando va a Francia, pero no entra, ahora me presento, pero… Esto no es serio, ni política… Es el juego de la provocación… ¿Conduce esto a alguna parte? No. Conduce a alimentar la rabia y el problema está en que la rabia se acabe convirtiendo en odio.

¿O sea, más que nada y como así lo han reconocido figuras señeras del nacionalismo, el “Procés” es, sobre todo, un envite para sacar tajada, un farol, alejado del independentismo que se proclamaba?

Es eso, con el agravante de que se refieren a un país que jamás existió. Es lo que suele pasarles a los nacionalistas. A los ingleses les dicen “vais a volver a ser el país imperial que fuisteis”, cuando el Imperio ya no existe ni va a existir en la puñetera vida. Lo que tenéis del Imperio es una idea., pero nada más. Y hay que reconocer que hemos tenido mucha suerte en que esto no haya derivado en cosas más graves. Me asusté muchísimo con la declaración de Trapero, cuando dijo que había hablado con Puigdemont para advertirle de que esto se nos podía ir de las manos, y le respondió que, si hay muertos, declaramos la independencia. Y piden empatía unos señores que han intentado convertir a gente en extranjero en su casa. Esto es muy duro. 

¿Este estado de cosas ha conducido, sobre todo, a una grave contradicción entre catalanes, por mucho que el nacionalismo diga que el conflicto es de Cataluña con España?

España es un Estado fuerte. Ya lo decía Bismarck, cuando señalaba los esfuerzos que los españoles hacían por destruirse y siempre estaban ahí. Hay un esfuerzo buscado, colateral o por pura estupidez por dividir la sociedad. Mucha gente que se siente de aquí, ve que les están diciendo que nunca habéis sido de los nuestros. El problema es que todo esto nos puede llevar a una Irlanda. Si eres católico no puedes ir a vivir a un barrio protestante. Y esto funciona en ambos sentidos. Yo a ti no te compro porque no eres de los nuestros. Eso está pasando en lugares de Cataluña. Aquí ha ido gente de la ANC, puerta por puerta, diciendo a los concejales con quien tienen que pactar.

¿El arrancón del “Proces” tiene más de digital que de analógico?

Proyecto propiamente dicho no sé si lo habrá habido, pero desde luego sí que se ha han dedicado muchos recursos a crear un marco de percepción, un “frame” favorable al Procés. De ahí, la gran importancia que se han dado a controlar los medios de comunicación. La idea supremacista siempre ha estado por debajo, pero llega un momento que eclosiona, porque se le da luz verde para lanzarse al monte. Porque se da permiso, de alguna manera ¿Cómo? Normalizando un discurso que antes no era normal. Tocando mucho la víscera y convirtiendo todo tipo de historias en “experiencias”. Vive la experiencia de salvar a la patria, de participar en una manifestación… Todo puede reducirse a aquélla famosa frase de López Tena (ahora anti-procesista), de “España nos roba”. No hay nada que enfade más a la gente que le toques el bolsillo. Era la misma frase que utilizaba la Liga, de “Roma ladrona”. El lazo amarillo es un invento de los americanos. Pero el discurso ya estaba ahí, subyacente. Nadie se inventa un discurso de la nada. Y ese discurso sigue vivo. Siempre victimista. Y mientras siga así no se hablará de los problemas reales de la sociedad. 

Y detrás de todo esto… ¿El gobierno de los mejores”?

¿Todos estos quiénes son? ¿Qué hay en torno a todo esto? En el primer gobierno de Más pusieron al frente de la Sanidad Pública a Boi Ruiz que era el capo de las mutuas. Esto no es un Gobierno, es una declaración de principios. Y mientras siga el Procés”, la gente no habla de otra cosa. Y aquí se equivoca mucho la izquierda. El 3% fue eso. La red de intereses, que se ha tipificado en lo del 3% pero que va más allá. El escándalo está en el modo de entender las cosas y el sistema que lo avalaba. Aquí no ha habido un concurso público limpio casi nunca. Lo que pasa es que antes lo hacían con más gracia. Esto es como los cultos-cargo. Ritos de algunas tribus del Pacífico surgidos de la creencia de que las manufacturas occidentales tenían origen divino. No es tanto una religión como una degradación del sistema. Se hacen cosas sin saber muy bien porque y se va copiando no lo que hacía el primero, sino el tercero o el cuarto. Esto nos ha pasado no solo con la Generalitat, sino con la política. Hacemos cosas porque un día se hicieron así y nadie sabe muy bien porqué se hacen.

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