¿Qué pena tiene el verdugo Francesc Pena?

Francesc Pena
Francesc Pena

Francesc Pena, consejero delegado de la Xarxa Audiovisual Local (XAL), organismo dependiente de la Diputación de Barcelona, pasará a la historia de los medios de comunicación catalanes por dos hechos remarcables en su trayectoria: la carnicería despiadada de buenos profesionales que, por motivos de sectarismo ideológico, hizo cuando llegó al cargo, de la mano de Convergència; y la contratación, con una remuneración escandalosa, de Marcela Topor, la mujer del ex presidente de la Generalitat, Carles Puigdemont, para hacer un magacín semanal en inglés en la tele de la Diputación, con un sueldo de 6.000 euros al mes.

Con las manos sucias y manchadas de sangre laboral, Francesc Pena pensaba que sería recompensado por estos servicios infames al partido que lo nombró con su designación como nuevo miembro del consejo de administración de la Corporación Catalana de Radio y Televisión (CCMA), en representación del PDECat. Incluso se había publicado que ocuparía el cargo de vicepresidente del organismo del cual dependen TV3 y Catalunya Ràdio.

Pero el verdugo Francesc Pena se ha quedado con la miel en los labios… y mucha pena. Finalmente, el PDECat (Junts x Catalunya) ha nombrado como consejeros de la CCMA a los periodistas Miquel Calçada (Mikimoto) y Sílvia Còppulo, dejándole tirado.

Antes de aterrizar en la XAL, Francesc Pena no tenía ninguna experiencia previa en el sector de los medios de comunicación. Su único mérito era ser del mismo pueblo, Taradell, que su amigo, el entonces todopoderoso consejero de Presidencia de la Generalitat, Quico Homs. Eso sí, continuará cobrando un sueldo estratosférico de la Diputación de Barcelona como consejero delegado de esta carísima televisión, que, gracias a su nefasta gestión, tiene una audiencia ridícula.

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