Las relaciones entre la Generalitat y la empresa Ferrovial siempre son un “misterio”. Recordemos que la constructora madrileña, propiedad de la familia Del Pino, fue la principal protagonista del escándalo del Palau de la Música y se ha demostrado que hacía pagos corruptos a CDC a través de esta institución musical, en los tiempos de Fèlix Millet.
Desde el pasado 1 de enero, los usuarios de la autopista de peaje C-16, que va de Sant Cugat a Manresa, propiedad de Ferrovial, se encuentran con una desagradable sorpresa. Solo si tienen Teletac o cualquier otro sistema de pago dinámico tienen derecho a las bonificaciones de los peajes que, desde hace años, se aplican en los días entre semana que no sean festivos, para facilitar la movilidad de los trabajadores. En cambio, a los automovilistas que pagan en efectivo o con tarjeta de crédito se les aplica la tarifa máxima, que es la vigente los fines de semana y los días festivos.
No estamos hablando de poca cosa. El coste del peaje en los días laborables es un 45% inferior al de los festivos. Hacer todo el recorrido de la C-16 cuesta 7,84 euros sin descuento y 4,31 euros con descuento. Hay, por lo tanto, una diferencia de más de 3,5 euros, en función de si se paga con Teletac o en efectivo/tarjeta de crédito.
La decisión parece, a priori, de lo más estrambótica, puesto que todas las barreras de los peajes de la C-16 están automatizadas y no requieren la presencia de personal a la hora de cobrar, ya sea en efectivo o con tarjeta. Tampoco es que se potencie el pago dinámico para hacer el tráfico más fluido, puesto que esta autopista tiene una baja utilización y es muy extraño que se produzcan colas.
Aun así, esta medida –que penaliza a aquellos automovilistas que no quieren o no pueden tener Teletac- cuenta con la bendición del consejero de Territorio y Sostenibilidad, Damià Calvet, que ha publicado un decreto en el DOGC donde fija las nuevas condiciones de pago, a partir del pasado 1 de enero, de la autopista de peaje de la familia Del Pino. No hay ninguna otra autopista catalana ni española que presente esta discriminación tan descarada en el importe del peaje en función del medio de pago que se utilice.
