El próximo 14 de febrero. Aquel día se hará un acto en la Universitat Autònoma de Barcelona que será el pistoletazo de salida de la recogida de firmas para que se rebaje un 30% el coste de las tasas universitarias actuales. Se trata de una iniciativa legislativa popular (ILP) que ha surgido del colectivo estudiantil pero que cuenta, de entrada, con el apoyo de los rectorados de la Universitat de Barcelona, la Autónoma, la Politécnica de Cataluña y la de Girona.
Esta campaña surge después de las negativas reiteradas del gobierno de la Generalitat a dar marcha atrás en el aumento de las tasas que impuso en 2012. Incluso, ha incumplido la moción que aprobó el Parlamento de Catalunya en 2016 que exigía la rebaja de estas tasas.
Todo hace prever que las 50.000 firmas necesarias para que la ILP sea tenida en cuenta por el Parlamento se conseguirán rápidamente. Los estudiantes que lo impulsan calculan que desde que se aumentaron las tasas ha habido unos 10.000 chicos y chicas que han tenido que renunciar a acceder a la Universidad.
El aumento de tasas se aprobó cuando el presidente de la Generalitat era Artur Mas, el consejero responsable era Andreu Mas-Colell y el secretario de Universidades e Investigación, Antoni Castellà. Las matrículas universitarias catalanas son, desde entonces, las más caras de toda España.
