¿Qué cerebros del proceso se han ‘divorciado’?

Agustí Colomines
Agustí Colomines

El expresidente de la Generalitat y exlíder de Convergència Artur Mas y el historiador e ideólogo del procés Agustí Colomines, que dirigió la fundación CatDem, ligada precisamente a Convergència y, al igual que el partido, investigada en el caso del 3%.

Ya se sabía que Colomines es más afín a la visión política del sucesor de Mas, Carles Puigdemont, quien lo situó como director de la Escuela de Administración Pública de la Generalitat durante su mandato. Pero ahora un artículo​ que el historiador ha publicado en El Nacional, cargado de reproches, evidencia una considerable distancia partiendo de la actuación de los Mossos d'Esquadra durante los últimos días.

De entrada, Colomines esgrime la ironía contra el expresidente: "A mi sobrino le abrieron la cabeza, lleva nueve puntos de sutura, lo vejaron, lo apalearon. En fin, la cosa más normal del mundo, según dijo el expresidente Mas en el FAQS, porque los policías no son monjes".

Seguidamente, cuestiona a Mas como político y descarga una batería de reproches, entre los que destaca lo que considera una deslealtad hacia los que, según el columnista, ayudaron al exlíder convergente a pagar las multas impuestas contra él por la organización del 9N: "El mal de un político es no saber escuchar la voz de la gente. Y Mas se ha equivocado siempre. Un hombre a quien la gente, incluyendo estos jóvenes maltratados, ha pagado todas las multas por mera solidaridad, por camaradería, tendría que tener más empatía por los jóvenes independentistas que estos días han sido masacrados por la policía".

"Los jóvenes independentistas no son delincuentes, señor Mas; son patriotas que se encaran a la injusticia", remata Colomines sobre unas declaraciones que no le tocan de cerca por su antiguo vínculo con Mas, sino porque su sobrino Francesc Colomines fue uno de los detenidos durante las noches de disturbios de la semana pasada y se encuentra en prisión provisional.

Colomines, que aseguró en el marco del proceso que "estamos en guerra", afirma que el "coraje" de su sobrino y "el de tantos otros jóvenes que, como él, defienden el derecho a reclamar de verdad la independencia y no a vivir de reclamarla, puede destrozarlos la vida". Con este "los" se refiere a "grupos políticos" a los que "he apoyado" y, según explica, no les gusta "nada" su "atrevimiento", lo que tiene "consecuencias pequeñas, intrascendentes, si queréis, que pasan por la marginación, las descalificaciones o el «no te equivoques de enemigo», escrito como una amenaza", asegura.

"A mi sobrino no lo desanimaré, lo abrazaré cuando pueda y me sentiré orgulloso. Ahora se trata de buscar imágenes que prueben que las acusaciones policiales son una pura invención", añade. El vídeo más largo sobre la detención que circula por internet, eso sí, muestra a Francesc Colomines participando con un grupo de jóvenes en el lanzamiento de objetos contra agentes policiales. No se ve que el sobrino del columnista los lance, sino que es atrapado y golpeado después de avanzar llevando un parapeto -aparentemente, detrás de un parasol-, rodeado de chicos que apedrean a los agentes.

En cuanto a Mas, el último aguijonazo que Colomines le dedica evoca las circunstancias de la renuncia del expresidente a la reelección, su salida de la primera fila política en enero de 2016, cuando a disgusto dio su famoso "paso a un lado" y la CUP lo celebró diciendo que lo había enviado "a la papelera de la historia". Colomines esgrime la famosa expresión cuando manifiesta que "hace falta que reclamemos a los políticos que hagan su trabajo. Quien no esté a la altura del momento, acabará, esta vez sí, en la «papelera de la historia»".

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