Los dirigentes del proceso que serán juzgados las próximas semanas no comparecerán esposados en la vista oral. El Tribunal Supremo quiere evitar polémicas asociadas a la dignidad de los acusados, como las de otoño de 2017, cuando algunos de los entonces investigados se quejaron de que los habían trasladado esposados y que los habían dedicado comentarios vejatorios, informa La Vanguardia.
El Supremo, añade esta información, quiere que se perciba que la justicia actúa respetando la dignidad de los acusados y será particularmente cuidadoso con las garantías de los procesados, ya que, además de precedentes como el del traslado que ocasionó quejas, el caso puede acabar al Tribunal Europeo de Derechos Humanos (TEDH).
Por ejemplo, se quiere evitar que se repitan las quejas de la fase de instrucción sobre la frecuencia del contacto de los presos con sus abogados, por lo que el calendario del juicio oral se establecerá de forma que los letrados y las familias puedan ir y volver de Barcelona los fines de semana, especifica La Vanguardia.
Los alegatos de Junqueras y Romeva
Por otro lado, el exvicepresidente de la Generalitat, Oriol Junqueras, y el exconsejero Raül Romeva han presentado sus alegatos de defensa, con los que piden ser absueltos, ha revelado TV3. En estos textos, marcadamente políticos, lamentan que la presunción de inocencia "ha sido destruida a través de una campaña de criminalización" de los dirigentes independentistas y aseguran que "antes que independentistas" son "demócratas y pacifistas".
