La Guardia Civil atribuye al gobierno de Carles Puigdemont la creación de un sistema para controlar las cotizaciones de los trabajadores catalanes después de una declaración de independencia, revela El Confidencial. Según la misma información, que cita el contenido de informes policiales remitidos al Juzgado de Instrucción número 13 de Barcelona, se trataba de un proyecto desarrollado por el departamento de Trabajo, Asuntos Sociales y Familias, que encabezaba la consejera Dolors Bassa, y contaba con el apoyo de consultores tecnológicos y compañías como IBM y Deloitte.
Según la descripción del plan referida por El Confidencial, el gobierno catalán pretendía, después de una ruptura pactada, controlar la parte de la caja de la Seguridad Social que corresponde a los trabajadores, desempleados y pensionistas de Cataluña. A partir de entonces, añade la misma información, las empresas estarían obligadas a pagar las cotizaciones a la Seguridad Social de la Cataluña independiente.
Los investigadores de la Guardia Civil, no obstante, adjudican al gobierno catalán de Puigdemont la preparación de un escenario de "desconexión forzosa" en el que se consideraba prioritario crear una Seguridad Social catalana para recaudar cotizaciones al margen de la Seguridad Social española.
El Confidencial especifica que las pruebas de la existencia de este plan se obtuvieron durante los registros de varios despachos en el departamento de Trabajo, el 20 de septiembre de 2017, y que se tiene constancia de que los trabajos para desarrollar un organismo que asumiera las tareas de la Seguridad Social habían empezado, como muy tarde, en octubre de 2016.
En cuanto a la participación de Deloitte, los informes policiales señalan que se encargó de desarrollar el organismo y hacer el seguimiento de su despliegue, pero no especifica que llegara a cobrar por este servicio, aunque en una libreta de David Franco, alto cargo del Centro de Telecomunicaciones y Tecnologías de la Información (CTTI), constaba que Deloitte percibiría 197,508,50 euros. La Guardia Civil también sitúa a Hewlett Packard, IBM e Itteria en el desarrollo del proyecto.
