El ex consejero de Interior Joaquim Forn, en su escrito de defensa ante el Tribunal Supremo, se desvincula del operativo policial de los Mossos d'Esquadra para el referéndum del 1-O y afirma que no dio ninguna instrucción política a la policía catalana.
El abogado Javier Melero, que representa el ex alto cargo del Gobierno catalán, ha pedido que declaren como testigos el expresidente de la Generalitat Carles Puigdemont, el excap de los Mossos Josep Lluís Trapero, miembros de la excúpula del Ministerio de Interior y el exdelegado del Gobierno en Cataluña Enric Millo.
El escrito detalla que Forn no participó "en el diseño del operativo policial" del 1-O ni interfirió desde el punto de vista político, ni, todavía menos, técnico", que no hubo infradotación de medios al dispositivo, y que ni siquiera fue presente en la Sala de Coordinación de los Mossos (Cecor), ni emitió ninguna directriz a sus responsables".
A raíz de los "incidentes" que tuvieron lugar en la jornada de votación, motivados por la intervención de la Policía Nacional y la Guardia Civil y por la resistencia de algunos ciudadanos", el ex consejero contactó con el entonces delegado del Gobierno, Enric Millo, con "quién habló e intercambió varios mensajes".
Forn rechaza que cometiera el delito de rebelión porque "no ha fomentado ningún tipo de enfrentamiento ni de alboroto, ni ha manipulado la actuación del cuerpo policial de los Mossos d'Esquadra contraviniendo lo que ordenó el Tribunal Superior de Justicia".
Eso sí, admite que, en sintonía con la voluntad de su partido político, del gobierno del cual formó parte, y de sus electores, impulsó "un proceso tendente a la consecución de la independencia de Cataluña por medios pacíficos".
