El Tribunal Supremo ha descartado el delito de rebelión consumada en la sentencia contra los líderes independentistas que se encuentran en prisión después de ser juzgados por los hechos de los días álgidos del procés vinculados de la celebración de la consulta independentista del 1-O del 2017.
Según avanza El País, la sentencia del Supremo se podría conocer el próximo lunes, 14 de octubre, y se apunta que las penas y delitos estarán modulados para cada uno de los doce procesados según su grado de implicación, y que la resolución, para la cual se busca la unanimidad de los siete magistrados de la sala, previsiblemente contendrá al menos nueve condenas.
Si finalmente se rechaza el delito de rebelión consumada, delito que habría supuesto para los presos penas de 15 y 25 años de prisión, todo apunta que los miembros del Alto Tribunal contemplarían otras posibilidades, como el delito de sedición.
Según fuentes jurídicas, el Supremo habría concluido que los acusados no habrían ejercido ni instigado a la violencia por conseguir la independencia, requisito necesario porque se contemple el delito de rebelión.
La Fiscalía consideraba que al menos hubo dos días de violencia durante el proceso independentista, uno durante la jornada de la consulta independentista del 1-O y el otro durante el asedio por parte de 40.000 personas a la comitiva judicial que registró la consejería de Economía los días 20 y 21 de septiembre de 2017.
También se apunta que los miembros del tribunal no están de acuerdo con la Fiscalía, que pidió penas de 16 y 25 años de prisión por rebelión. El Supremo coincide fundamentalmente con la calificación jurídica de la Abogacía del Estado, que defiende que no concurrió en los hechos la "violencia estructural" necesaria para tipificarlos como rebelión. Así, la Abogacía atribuye a los procesados un delito de sedición.
Todo apunta que habrá al menos nueve condenas, porque nueve de los doce acusados siguen en la prisión y de esto se deduce que serán penados. El tribunal ha buscado que la sentencia cuente con el voto unánime de los siete magistrados del Supremo que juzgaron el procés.
