Un tribunal administrativo de la región del Lazio ha suspendido el decreto de seguridad que aprobó el pasado 6 de agosto el ministro del Interior, Matteo Salvini, que prohibía la entrada en aguas italianas a los barcos de las ONGs que rescatasen migrantes en el Mediterráneo. Lógicamente, esta prohibición impedía también que las personas rescatadas fueran desembarcadas en puertos italianos. El tribunal del Lazio, en respuesta a una petición presentada por la ONG Proactiva Open Arms considera que "la situación de gravedad y urgencia excepcionales" que supone que el barco de esta organización haga 13 días que espera para desembarcar a las 147 personas rescatadas que lleva a bordo, justifica que entre en aguas italianas. La resolución del tribunal sólo permite que esta entrada en aguas italianas sirva para que "las personas rescatadas que lo necesiten reciban asistencia médica". El director de Proactiva Open Arms, Òscar Camps, considera, sin embargo, que todas las personas que están ahora en su barco necesitan esta asistencia y ha ordenado que ponga rumbo a Lampedusa.
Salvini ha replicado diciendo que aprobará inmediatamente un nuevo decreto para que el Open Arms no pueda desembarcar a nadie en Lampedusa. Paralelamente, se han intensificado las gestiones entre los países de la Unión Europea para hacerse cargo de las personas rescatadas una vez sean desembarcadas. Por otro lado, el barco Ocean Viking, de las ONGs Médicos sin Fronteras y Sos Mediterranée, navega también con 365 personas rescatadas a la espera de que Italia o Malta ofrezcan un puerto donde puedan bajar a tierra.
