El gobierno de la Generalitat de Cataluña ha aceptado este lunes la renuncia de la expresidenta del Parlamento catalán Núria de Gispert a la Cruz de Sant Jordi, una distinción que el ejecutivo que preside Quim Torra anunció la semana pasada que le otorgaría.
La concesión de la Cruz a De Gispert levantó fuertes críticas de la oposición no sólo porque la expresidenta del Parlamento fue reprobada el año pasado por la cámara por haber invitado a la líder de la oposición, Inés Arrimadas, a irse de Cataluña, entre otros tuits polémicos, sino porque horas después de saber que sería galardonada protagonizó otra polémica.
En concreto, difundió en Twitter un mensaje en el que trataba a Arrimadas, Enric Millo, Juan Carlos Girauta y Dolors Montserrat de cerdos, si bien ella dijo que no era su intención, y borró el mensaje. El PSC reaccionó planteando una iniciativa parlamentaria para instar al gobierno catalán a retirar la distinción a De Gispert. ERC, socio de gobierno de Torra, marcó distancias con la expresidenta del Parlamento catalán.
Por su parte, dio la polémica por "zanjada" sin revocar la concesión, pero De Gispert, en una carta abierta, anunció que ponía "a disposición del presidente Quim Torra" el galardón "para lo que crea más conveniente". Indicaba que "asumí los errores cometidos", aduciendo "un sentido institucional" y "porque creo que la Cruz de Sant Jordi tiene que estar alejada de toda polémica", que ha adjudicado a "aquellos a quienes les molesta cualquier forma de catalanidad expresada de manera normal, pacífica y festiva".
Asimismo, ha atribuido a "la política", los "medios de comunicación, líneas editoriales y opinadores de todo tipo" la creación de un "ambiente proclive a revertir el otorgamiento de la Cruz", según ella "un descalabro exagerado" a raíz de lo que ella considera "un maldito tweet".
"El Gobierno le agradece la renuncia a la Cruz de Sant Jordi, un gesto que la honra y que avala su trayectoria de compromiso con las instituciones de Cataluña", ha manifestado la consejera de la Presidencia y portavoz del gobierno catalán, Meritxell Budó, este lunes por la noche.
