El intento del Ayuntamiento de Barcelona de paralizar un hotel de lujo ha topado con la negativa de la Generalitat de Cataluña, expresada por su consejero de Cultura, Santi Vila. O, lo que es el mismo, una de las líneas de actuación características del Gobierno que lidera la alcaldesa Ada Colau ha chocado con la falta de disposición para sacarla adelante por parte del dirigente del PDEcat que admitió que «me motiva competir con Colau por la alcaldía de Barcelona».
Si Vila será o no candidato de la formación sucesora de Convergència y si, en caso afirmativo, su rival será Colau -que actualmente está construyendo un proyecto político de ámbito catalán-, está por ver, pero de momento mantienen un pulso por la protección del entorno a la muralla de Drassanes.
El consejero Vila asegura que «no procede la incoación de un expediente de estas características, y menos si la cuestión se incorpora al debate público con voluntad de distraer y eludir responsabilidades».
El consistorio sostiene, por su parte, que la Generalitat está obligada a incoarlo. Si la Generalitat acepta declarar la muralla Bien Cultural de Interés Nacional (BCIN), que otorga el máximo nivel de protección del patrimonio, el Gobierno municipal evitará un hotel de lujo que se prevé instalar cerca porque todas las actuaciones en aquella zona quedarían suspendidas durante al menos 18 meses.
Fuentes municipales han reconocido que si la Generalitat hubiera aceptado su petición ello les habría ayudado a «ganar tiempos», pero Vila les ha reprochado que buscan «argucias o excusas con otras administraciones».
«Si el Ayuntamiento pide que se haga expediente, la Generalitat está obligada a hacerlo. Esto supone que la Generalitat tiene cuatro meses para incoar este expediente y que se suspenda momentáneamente la licencia de hotel», declaró, en cambio, la regidora de Ciutat Vella, Gala Pin, a Catalunya Plural.
