Los vínculos del CNI con el ‘lobo de ripoll’ abonan la teoría de la conspiración

El imán Abdelsaki es Satty también sería un confidente de los servicios secretos de Marruecos
explosio alcalar es satty
explosio alcalar es satty

De los atentados del pasado 17 de agosto sólo tenemos una certeza: su ideólogo y organizador, el imán Abdelbaki es Satty, había planeado la ejecución de una carnicería humana en Barcelona, aprovechando que en verano está llena de turistas. En función de la cantidad de explosivo madre de Satanás -más de 100 kilos- que la célula jihadista había preparado en el chalé de Alcanar y las 120 bombonas de gas butano que había almacenado, todo estaba a punto para provocar una masacre mucho más mortífera que los atentados del año 2004 en los trenes de cercanías de Madrid.

¿Cui prodest (a quién beneficiaba) un ataque terrorista de esta horrorosa magnitud -podríamos estar hablando de unos 400 muertos-, más allá de los réditos propagandísticos que esperaba obtener Daesh? Si los atentados de 2004 ayudaron decisivamente a hacer que el PP, que tenía todas las encuestas a favor, perdiera días después las elecciones en beneficio del candidato socialista, José Luis Rodríguez Zapatero, parece evidente que la matanza preparada por Abdelbaki se Satty -que quedó abortada en el último momento debido a la explosión fortuita desatada en el chalé de Alcanar- habría comportado, entre otras consecuencias, que el proceso independentista de Cataluña hubiera quedado frenado en seco, ante el alcance inconmensurable de la tragedia humana y el programado despliegue del ejército en las calles para hacer frente a la situación de emergencia creada.

EL TRIANGLE (edición n. 1271) ya adelantó que el imán de Ripoll era, con toda probabilidad, el confidente policial B-05 que consta en el sumario de la Operación Chacal, instruido por la Audiencia Nacional, y que fue decisivo para desarticular, en 2006, una trama jihadista que operaba en Vilanova i la Geltrú. Ahora, en una pieza separada de la investigación judicial que dirige el magistrado Fernando Andreu sobre los atentados de Barcelona y Cambrils, consta que Abdelbaki es Satty fue captado por los servicios españoles de inteligencia en 2014 durante su estancia a la cárcel de Castellón, donde cumplía condena por tráfico de hachís. La noticia, filtrada por el digital OK Diario (*), fue confirmada por fuentes del propio CNI, si bien desde la Casa se ha intentado quitar hierro a esta relación.

El general Félix Sanz Roldán, director del CNI, se ha apresurado a solicitar una comparecencia ante la comisión de control de los créditos destinados a gastos reservados del Congreso de los Diputados para explicar los vínculos entre el lobo de Ripoll y los servicios de inteligencia. En principio, los contenidos de esta comisión parlamentaria son secretos, pero la participación de Joan Tardà (ERC) no lo garantiza en este caso.

¿Engañó Abdelbaki es Satty a sus controladores del CNI y hacía el doble juego mientras era el imán de Ripoll? ¿Era también un confidente de los servicios secretos de Marruecos, como apunta el periodista Ali Lmrabet? ¿Gozó de alguna protección especial para poder operar desde el chalé de Alcanar sin ser importunado, a pesar de todos los rastros que dejó? En definitiva: ¿alguien, fuera de la célula de jóvenes de Ripoll que captó el imán, sabía que se estaba preparando un atentado de gran magnitud en Cataluña y permitió que se llevara a cabo?

La teoría de la conspiración sobre los ataques del 17-A como terapia de choque para bloquear el proceso independentista se va abriendo paso. Después de confirmarse la relación del imán con el CNI, el propio Carles Puigdemont -a quien le tocó vivir en primera línea aquellos trágicos acontecimientos- lo apuntaba, el pasado día 17 de noviembre, en un tuit desde Bélgica. Según el presidente fugitivo, este vínculo «confirma nuestras sospechas. Es un hecho tan extremadamente grave que en el Estado español seguro que no comporta ninguna dimisión, ni querella ni prisión». Por lo que se desprende de esta piada, el núcleo duro de la Generalitat sospechaba, antes de su destitución, que los atentados de Barcelona y Cambrils fueron, en realidad, un encargo de arriba ejecutado por un espía (¿o doble espía?) a sueldo del CNI.

* El mismo día que ha aparecido este artículo en la edición impresa de EL TRIANGLE (núm. 1281), OK Diario ha publicado, citando fuentes del CNI y de la Audiencia Nacional, que los Mossos d’Esquadra sabían antes de los atentados de agosto que Es Satty había sido captado como confidente por el CNI en 2014. De hecho, su información especifica que el CNI, en el marco de la operación Caronte, en 2015, compartió con los Mossos otros confidentes anteriores a la captación de Es Satty, que la cúpula de la policía catalana estaba al corriente del doble juego y los antecedentes de tráfico de drogas de quien luego se convirtió en el imán de Ripoll y que se llegó a beneficiar de la información que él facilitó sobre presencia jihadista en Cataluña.

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