El Día de la Constitución está marcado este año por las negociaciones que el PSOE está manteniendo con varias formaciones para pedir los apoyos necesarios para la investidura de Pedro Sánchez, justo antes de que el rey inicie su ronda de contactos para decidir si propone el socialista como candidato a la Presidencia.
El PSOE trabaja con la hipótesis de celebrar el pleno de investidura el día 19 de diciembre. No obstante, antes tendrá que convencer Esquerra Republicana para que le preste la abstención. Una formación que, como el resto de partidos independentistas, han declinado asistir a la celebración del Día de la Constitución.
Lo mismo harán Junts per Catalunya, EH Bildu y la CUP, así como los nacionalistas del PNB, de Compromiso y del Bloque Nacionalista Gallego (BNG). Tampoco irá el presidente de la Generalitat, Quim Torra. Unas ausencias habituales que, paradójicamente, este año coincidirán pocos días después de que todos juntos acataran, por imperativo legal o no, la Constitución que ahora plantan.
Quien sí que asistirá a la celebración es el líder de Unidas Podemos y, si la investidura prospera, futuro vicepresidente del gobierno español, Pablo Iglesias. Este acudirá a la celebración por tercer año consecutivo, después de haberse ausentado en 2016 para manifestar su "posición crítica" a la Constitución y la necesidad de reformarla. En esta ocasión, Iglesias asistirá sin organizar ningún acontecimiento paralelo y sin lucir ningún símbolo de índole reivindicativa.
Por otro lado, el socio de Iglesias, Alberto Garzón, líder de Izquierda Unida, ha decidido no asistir al Congreso para celebrar el día de la Constitución.
Los funcionarios catalanes hacen fiesta
Un día festivo en qué la Generalitat no ha podido convencer como pretendía a sus funcionarios para que no hicieran fiesta. El consejero de Políticas Digitales y Función Pública, Jordi Puigneró, no ha conseguido convencer a la mayoría sindical para que secundara la jornada de trabajo extraordinario que pretendía habilitar por este viernes 6 de diciembre.
