La petición de indulto a los presos independentistas que la Lliga Democrática, formación política liderada por la politóloga Astrid Barrio ha anunciado, ha hecho aflorar contradicciones entre los mismos condenados. Mientras que la exconsejera de Esquerra Republicana, Dolors Bassa, ha aplaudido la petición, el exlíder de la ANC, Jordi Sànchez, actual secretario general de Junts per Catalunya, se niega rotundamente.
La Lliga Democràtica enmarca la decisión en el deseo "inequívoco" de contribuir a la "reconciliación entre catalanes", y no "abonar ninguna confrontación" entre los gobiernos catalán y español. La Lliga dice que el indulto puede ayudar "decisivamente" a hacer que Cataluña "empiece a salir del callejón sin salida", y a encarar la resolución del conflicto con el estado.
Bassa ha afirmado contundente: "No soy Mandela ni mártir". La exconsejera republicana considera que, a pesar de que la "mejor salida sería una amnistía", la fórmula del indulto que ha pedido la Lliga Democràtica puede ser una buena medida. "Mientras no llega una amnistía, ¿qué hacemos en la prisión?, bienvenido sea un indulto", ha dicho a pesar de que considera que las condenas son "muy injustas". El posicionamiento de Badsa, en todo caso, tampoco coincide con la idea de su partido, que también se ha mostrado contrario al indulto.
Por otro lado, Sànchez no quiere sentir a hablar de indultos, y emplaza a Barrio a visitarlo a la prisión. Según su opinión, "no es éticamente correcto pedir un indulto sin consultar a los afectados". Según él, "la solución al conflicto político no pasa por soluciones individuales, la solución pasa para resolver la situación de todos los encausados y también de los exiliados".
