El veto de la ANC a los comunes en la mesa de diálogo enfrenta ERC y JxCat

Los postconvergentes apoyan la exclusión defendida por la Asamblea y ERC lo encuentra "un error"
Gabriel Rufián, con Elsa Artadi de fondo

La propuesta de la ANC de excluir los comunes de la mesa de negociación pactada entre Esquerra Republicana y el PSOE, divide el independentismo. Mientras la diputada de JxCat en el Parlamento, Elsa Artadi, avala la propuesta hecha por la presidenta de la Asamblea, Elisenda Paluzie, el portavoz de ERC, Gabriel Rufián, la rechaza. Y los comunes denuncian que "algunos cada vez defienden una nación más pequeña", en alusión a Paluzie.

La ANC sostiene que la mesa catalana de partidos y entidades previa al encuentro bilateral Gobierno-Generalitat la tendría que integrar sólo actores independentistas, es decir, sin En común-Podemos. Sobre este partido, la organización dice que "ya estará representado en la mesa de diálogo bilateral como miembros de Gobierno PSOE-Unidas Podemos y que no tendría sentido que estuvieran en los dos lados de la mesa". Estas son las condiciones para que la entidad forme parte de la mesa previa.

Pero, donde han empezado a saltar chispas ha estado entre los socios del Gobierno catalán, que enfocan este tema desde una perspectiva muy distante. Por un lado, Rufià argumenta que excluir a los comunes es un "error", porque se trata de "sumar" y no de "restar". Y Artadi le responde: "¿Tanto cuesta de entender que no se puede estar en los dos lados de una misma mesa de negociación? Me parece una polémica intencionada y sin ningún sentido".

Por otro lado, el portavoz de los comunes, Joan Mena, ha declarado que se trata de "trabajar para ampliar consensos", y no de hacer "una nación más pequeña". En este sentido, ha lamentado que Paluzie "tenga estos comportamientos sectarios y quiera excluir una parte fundamental de país".

También la alcaldesa de Barcelona, Ada Colau (Barcelona en común), se ha referido a esta polémica. En una rueda de prensa ha advertido que la etapa de diálogo "es incompatible con el sectarismo".

En principio, las conversas tendrían que arrancar antes de 15 días, según pactaron socialistas y republicanos. "Ya somos gobierno, ya nos podemos sentar", emplazó ayer lunes la vicepresidenta Carmen Calvo a la Generalitat. Ahora, pero, la mesa tendrá que esperar a que los socios del Gobierno se pongan de acuerdo en una de las muchas diferencias que los separan.

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