Le ha costado, pero finalmente el presidente de la Generalitat, Quim Torra, ha dado la cara. Pasada la medianoche del tercer día de disturbios, el máximo responsable del Gobierno catalán ha realizado su primera comparecencia institucional para responder a la violencia que se ha apoderado de las calles de las principales ciudades de Cataluña.
Torra ha hecho un "llamamiento a la calma y serenidad" y ha condenado los disturbios de los tres últimos días señalando como responsables a "grupos de infiltrados".
"El movimiento independentista no ha sido violento, siempre condenamos la violencia, no nos podemos permitir los incidentes que estamos viendo en nuestras calles", ha lamentado Torra. "No hay razón para quemar coches ni cabe otro acto vandálico, la protesta tiene que ser siempre pacífica, no podemos permitir que grupos de infiltrados echen a perder la imagen pacífica del independentismo", ha completado.
Una reacción que le había exigido previamente el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, después de mantener una ronda de contactos con los líderes de PP, Cs y Podemos.
