El efecto Carles Puigdemont se mantiene en Girona, histórico feudo convergente, y permite mantener la alcaldía a Junts per Catalunya, pero sin ningún resultado desmesurado. Marta Madrenas, pues, seguirá al frente de la ciudad con 10 regidores, por delante del PSC, que consigue pasar de cuarta a segunda fuerza en la ciudad.
El PP desaparece y Ciutadans se mantiene con dos regidores, del mismo modo que ERC, que no suma el voto útil, se queda con cuatro.
En Girona, pues, Junts per Cataluña resiste, a pesar de que los grandes triunfadores de la noche son los socialistas, que avanzan posiciones como principal grupo de la oposición. Guanyem Girona, por otro lado, sólo suma un regidor más y se sitúa en quinto lugar.
La particularidad de Girona es que ha vivido unas elecciones diferentes. En estos comicios, ha escogido 27 regidores por primera vez a la historia. Se trata de dos más que durante las elecciones del 2015, puesto que la ciudad ha superado los 100.000 habitantes.
