El gobierno municipal de Barcelona, que encabeza la alcaldesa Ada Colau, ha iniciado el desmantelamiento de la Unidad de Apoyo Policial (USP), los antidisturbios de la Guardia Urbana.
El Ayuntamiento de la capital catalana y los sindicatos están negociando desde hace 10 días como se disolverá esta unidad, una decisión prometida por Colau durante la campaña electoral que la llevó a la alcaldía y prevista en el plan director de la Guardia Urbana de 2016.
Algunos de los agentes de la USP pasarán a formar parte de la nueva Unidad de Refuerzo Policial y de Emergencias, mientras que otros serán reasignados a otros departamentos, publica La Vanguardia.
La Unidad de Refuerzo Policial y de Emergencias no tendrá competencias de antidisturbios, pero sí de medio ambiente y emergencias. El comisionado de seguridad, Amadeu Recasens, no ha precisado cuántos efectivos totalizará, pero ha adelantado que serán más de los 150 que tenía la USP.
En cuanto a las funciones de orden público, Recasens ha dicho que la nueva unidad no se encargará de ellas y que sólo apoyarán puntualmente a los Mossos d'Esquadra "si se tercia".
Sindicatos como CCOO y SAPOL, mayoritario en la Guardia Urbana, ven motivos políticos en el cambio. Destacan que las funciones de ambas unidades son casi las mismas. Según SAPOL, se cambia de nombre "porque [los miembros del gobierno municipal] se tienen que justificar con sus votantes".
