Peatones y bicicletas toman las calles contra el retorno de la contaminación

Barcelona recupera niveles similares a los de antes de la crisis sociosanitaria después de la bajada por el confinamiento
Contaminación en Barcelona

Poco ha durado el aire limpio en Barcelona. La desescalada que ha traído de nuevo los coches a las calles ha hecho que los índices de contaminación estén a punto de ser tan altos como los de antes del confinamiento. Una subida de contaminación que podría llegar a valores mucho más altos, si los ciudadanos optan por el vehículo privado en detrimento del transporte público para evitar posibles contagios, según alertan desde el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC).

Por esta razón bicicletas y peatones están convocados, este jueves 11 de junio, a una gran movilización para ocupar con una marcha lenta las principales calles de Barcelona, Lleida, Girona, Sabadell, Santa Coloma de Gramenet o Sant Cugat bajo el lema “Recuperemos la Ciudad, confinemos los coches". En Barcelona la marcha irá por las calles Aragón, Balmes, Gran Vía o Paseo de Gràcia, con el objetivo de que los ciudadanos tomen conciencia de lo que significa la contaminación de los coches en la ciudad y esperan que la nueva normalidad traiga una ciudad libre de humos.

La movilización está compuesta por más de 600 entidades ecologistas, asociaciones de vecinos y defensores de la movilidad sostenible, y piden al Ayuntamiento de Barcelona, y por extensión al Área Metropolitana, "medidas valientes y contundentes" para restringir el tráfico en las áreas más contaminadas, priorizando la movilidad sostenible y los peatones por delante de los automóviles.

Pero la otra cara de la moneda de la movilidad urbana, la representan transportistas y comerciantes. El presidente de Fomento del Trabajo, Josep Sánchez Llibre, ha acusado recientemente la alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, de acabar con el tradicional espíritu comercial de la ciudad por "las políticas de restricción de movilidad impulsadas durante la crisis sociosanitaria del coronavirus". Sánchez Llibre propone combinar un modelo de transporte público y privado, puesto que, según asegura, "el 57% del sector del comercio de Barcelona proviene de no residentes en la ciudad y el modelo de movilidad planteado desde el Ayuntamiento pone en peligro más de 100.000 puestos de trabajo de este sector".

En cualquier caso, la realidad es que el pasado 10 de mayo, en pleno confinamiento con la mayoría de gente teletrabajando y los colegios y grandes comercios cerrados, fue el día que menos contaminación se registró en Barcelona en todo el año, con un índice de dióxido de nitrógeno que hacía décadas que no se lograba, menos de 10 μg/m³, pero diez días más tarde estos valores volvían a estar por encima de los 30 μg/m³, cuando el máximo recomendado por la Organización Mundial de la Salud (OMS) es de 38 μg/m³.

En China los niveles de contaminación del aire han vuelto a los elevados valores previos a la crisis sanitaria y se espera que en Europa se produzca un caso similar. Con movilizaciones como las de hoy, los grupos ecologistas quieren hacer hincapié en un nuevo concepto de movilidad más sostenible y alertar de los peligros de una ciudad contaminada.

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