La DO Penedès ampara las viñas del gran vertedero de Cataluña

El vertedero de Can Mata está rodeado de viñas que reciben el impacto contaminante de los lixiviados de los detritos
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Las gaviotas lo saben muy bien. Y por eso, como se puede comprobar en la foto que publicamos en la parte superior de este artículo, vuelan cada día en grandes bandadas desde el borde del mar -su hábitat natural- hasta este lugar de la comarca de la Anoia, 50 kilómetros tierra adentro. Aquí, en el vertedero de Can Mata, el más grande de Cataluña, ubicado en el municipio de los Hostalets de Pierola, encuentran comida en abundancia para alimentarse.

Son los detritos que los 3,5 millones de habitantes del área metropolitana de Barcelona, de la zona norte del Baix Llobregat y de una parte de la Anoia tiran a los contenedores de desechos y que son transportados hasta el Ecoparc 4 y, posteriormente, al enorme vertedero adyacente. Se calcula que, cada año, en el recinto de Can Mata, que ocupa una extensión de 28 hectáreas, entran y se entierran unas 450.000 toneladas de desechos urbanos.

LOS PRIMEROS CATALANES

La gestión de los residuos en Cataluña es un tema permanentemente conflictivo. La protesta de los nimbys (Not in My Backyard), que rechazan -muchas veces, cargados de razón- la ubicación de instalaciones supramunicipales molestas cerca de sus casas, hace que los poderes públicos y las empresas suden la gota gorda para encontrar un lugar donde ubicar un vertedero, una central de energía, una autovía o una prisión. En el caso de Can Mata ayuda que empezó como un vertedero clandestino hace más de cuarenta años y que el casco urbano de los Hostalets de Pierola está a unos cinco kilómetros de distancia.

Pero el hecho de que, desde el año 1985, esté legalizado y que en 2010 se inaugurara el gran Ecoparc 4, donde se hace un triaje previo de los desechos, no evita que el vertedero de Can Mata continúe siendo un disparate descomunal. En esta finca de la familia Garriga-Nogués, los paleontólogos han localizado un paraíso -considerado uno de los yacimientos más importantes de Europa- riquísimo en restos de animales vertebrados de hace millones de años. Aquí se han encontrado los huesos de los tres primeros catalanes -Pau, Lluc y Laia- que datan de hace unos 12 millones de años y que han maravillado a la comunidad científica internacional.

Pero el negocio es el negocio. Cespa (filial de Ferrovial), la empresa que explota el Ecoparc 4 y el vertedero de Can Mata, no está para historias. Cada día, centenares de camiones que transitan por la peligrosa carretera B-231, continúan arrojando los desechos en este paraíso de la paleontología, condenado a desaparecer. Un patético ejemplo de la «avara povertà di Catalogna» que denunciaba Dante en su Divina Commedia.

Además, el enorme vertedero de Can Mata está rodeado de viñas que están protegidas por la denominación de origen (DO) Penedès, que garantiza la calidad de los vinos que se producen. Antes de su legalización y clasificación, en Can Mata se enterraron durante años todo tipo de residuos tóxicos. Entre otros, los ecologistas descubrieron vertidos de sales de aluminio y de amianto.

La enorme montaña de mierda de Can Mata ha contaminado el subsuelo de todo el entorno. Los lixiviados se han infiltrado en la capa freática. Pero hay labradores que cultivan viñas al lado del vertedero, sin que nadie se lo haya prohibido. ¿A qué botellas de vino va a parar toda esta uva?

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