El 31 de octubre, el Consejo de Administración de la Xarxa Audiovisual Local (XAL) nombró a Lluís Garriga como nuevo consejero delegado. De este modo se resolvía la sustitución de Francesc Pena, que llegó al cargo después de que la Diputación de Barcelona, de la cual dependían los medios que fueron absorbidos por la actual XAL, fuera controlada por una mayoría política formada por CiU y PP. El mérito de Francesc Pena, y así lo comunicó sólo llegar al cargo, era ser amigo de Francesc Homs, entonces consejero de Presidencia de la Generalitat. Durante sus ocho años de mandato cerró COMRàdio y eliminó la línea progresista que había caracterizado a los medios de la Diputación. La entrada de la nueva dirección, pero, no ha representado ningún cambio de fondo de su legado.
Lluís Garriga explicó, en su intervención ante los trabajadores de la XAL con motivo de las fiestas de Navidad, que su objetivo es dotarla de "más pluralidad ideológica y territorial". También afirmó que no se harían cambios importantes hasta septiembre próximo, cuando prácticamente hará un año de su nombramiento. Algunas decisiones que ha adoptado en estos primeros meses demuestran una sensibilidad diferente de la que ha caracterizado el mandato de Pena, pero otros han confirmado la línea de su predecesor.
El 24 de diciembre pasado, la XAL emitía un programa especial titulado Nadal a la presó (Navidad en prisión) y que se podía sintonizar a través de varias emisoras locales en las tres prisiones donde cumplen condena los políticos y activistas condenados por los hechos del 20 de septiembre de 2017 y por el referéndum posterior del 1 de octubre. Los servicios de comunicación de la XAL promocionaron este programa recordando que la iniciativa había nacido el año anterior "con el objetivo de acompañar a los presos políticos durante las fiestas". Esta emisión contrasta con la decisión de la presidenta socialista de la Diputación, Núria Marín, de retirar los lazos amarillos que había colgado la corporación anterior, controlada por el PDECat, en la fachada de su sede central al edificio de Can Serra, en la rambla de Cataluña de Barcelona.
También fue la temporada anterior cuando la XAL contrató los servicios de Marcela Topor, esposa del expresidente de la Generalitat, Carles Puigdemont, para digirir el programa de entretenimiento en inglés The Weekly Mag. El PSC, en la oposición en aquel momento, criticó este contrato, denunciando especialmente que Topor cobraba 6.000 euros mensuales por un programa semanal de una hora y cuarenta y cinco minutos, cuando el sueldo medio de los periodistas de la XAL es de 2.000 euros. Lluís Garriga le ha renovado el contrato hasta el mes de junio.
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