La Generalitat ha decidido suspender las licencias de obras que se están tramitando en el litoral de la Costa Brava. Por lo tanto, no habrá nuevas licencias y quedan suspendidas las que están en trámite.
La Comisión de Urbanismo de Girona aprobará este jueves una moratoria urbanística de un año en la franja costera de 500 metros entre Portbou y Blanes.
Se trata de un primer paso para dejar en el aire los permisos de los 22 municipios costeros hasta que el Departamento de Territorio y Sostenibilidad dé luz verde durante este año al plan director urbanístico.
Para elaborar este plan, la Generalitat estudia unos 250 proyectos en los 22 municipios que se podrían convertir en 30.000 viviendas nuevas.
Según la plataforma SOS Costa Brava la moratoria afectará como mínimo 7 proyectos que están en trámite, entre los cuales Sa Guarda, en Cadaqués, Cala Morisca, en Tossa de Mar, Roses 2, en Llançà, y Aiguafreda, en Begur.
Los otros tres están en el término municipal de Palafrugell: uno a Cap-roig, otro a Llafranc y el de Aigua Xelida. Este último proyecto fue noticia hace dos semanas porque la promotora cortó más de 700 árboles sin permiso.
Precisamente esta tala masiva habría sido lo detonante para que la moratoria se haya hecho ahora. Según SOS Costa Brava, es una medida que llega apresuradamente y de forma repentina por este caso.
Otro caso urgente que puede haber influido es el de Cala Morisca, en Tossa de Mar, un proyecto que hace más de 20 años que se arrastra para construir 50 viviendas unifamiliares en un entorno virgen.
Esta moratoria era una reivindicación de SOS Costa Brava, una plataforma constituida en agosto por 15 colectivos ecologistas para denunciar la excesiva urbanización de este territorio.
La moratoria seguramente no parará una veintena de proyectos que ya se están ejecutante, como es el caso de Sa Riera, en Begur, o la Pineda d'en Gori, en Palamós.
